¿Por qué nos parecemos a las ovejas?

Algunas de las particularidades de las ovejas nos pueden aclarar por qué en las Escrituras se nos compara con las ovejas, veamos unas cuantas:

- Las ovejitas precisan sal para no deshidratarse, para favorecer la digestión y además conseguir una correcta asimilación de nutrientes, no lo adquieren de su comida normal, por eso el pastor debe facilitarles la sal para que ellas la lamen. Nuestro Pastor igualmente nos cuida, nos da lo que sabe que necesitamos para nuestra nutrición espiritual. Las ovejas confían en su pastor, ¿y nosotros? Nos urgen respuestas, tenemos prisa, pero el Señor tiene perfección. Confiemos como confían las ovejas.

- Las ovejas experimentan miedo cuando se les aproxima un extraño o cuando son alejadas de sus familia o grupos sociales con los que crean fuertes lazos emocionales. Hay estudios que indican que las ovejas se enamoran, hacen amigos dentro de su rebaño y se entristecen cuando muere uno de ellos. El pastor debe prestarle atención a esta oveja lastimada, nuestro Pastor igualmente nos cuida, nos llena de promesas, de consuelo, de fortaleza, ninguna de nuestra lágrimas le son ajenas, tanto le importamos que ofreció en la cruz al único Cordero sin mancha capaz de justificarnos mediante su sangre:
su Hijo, Jesucristo.

- A diferencia de lo que muchos piensan, poseen muy buena memoria por lo que pueden guardar traumas con facilidad. Nosotros de igual manera, tenemos consecuencias desde nuestras experiencias infantiles, de nuestras vivencias en el pasado, de personas que nos han herido o fallado, por eso debemos acudir al buen consejo de nuestro Señor, que además anhela brindarnos su amor incondicional y su mano generosa de ayuda, quiere transforma nuestra historia en un futuro lleno de esperanza.

- La oveja parece un animal robusto, pero es sólo apariencia por su abundante pelaje, pero cuando la esquilan queda al descubierto la fragilidad de su naturaleza. Es sumamente dependiente de su pastor y sus patitas son tan débiles que el pastor debe levantarlas porque ellas no pueden saltar a sus brazos. Si caen en una trampa, no podrá escapar solas, necesita que su pastor llegue a auxiliarlas, de lo contrario morirá sin su ayuda. ¿Les parece similar a nuestro existir? A mí sí, ¿qué sería de mi vida si mi Pastor no me hubiese rescatado?

- Su dependencia es tal, que es obediente a la voz de su pastor, no de cualquier pastor, sino a su pastor, no importa que estén rodeadas de otros rebaños, acudirán a la voz de su pastor, pues saben identificarla y reaccionan con obediencia a ella. Nuestro Buen Pastor también nos habla, nos guía, nos ama y espera a que estemos tan cerca de Él que seamos capaces de reconocer su voz.

- Las ovejas viven en rebaño, algunos podrían decir que es porque son animales muy sociales. Sin embargo, recientemente los científicos han demostrado que viven en rebaños para asegurar su supervivencia individual. Lo cierto es que la naturaleza ha proporcionado a las ovejas con pocos recursos de defensa físicos contra los depredadores, por eso viven en rebaños. Cuando les amenaza un peligro, corren a refugiarse en el centro del grupo, así minimizar las posibilidades de ser devoradas por un depredador. Si estás igualmente débil o amenazada, con temor o con dudas, lo mejor es buscar ayuda , primero de nuestro Dios que siempre estará dispuesto a rescatarnos, y segundo, de tu congregación, grupo pequeño o círculo familiar y social cercano, pero distinguiendo al buen consejero, aquel que te acerque más al conocimiento y sabiduría del Padre Celestial, porque seguir al Señor siempre será tu mejor elección y tu refugio seguro.

ORACION

Padre, te ruego vivir cerca de ti para reconocer tu voz Jesús, nunca seguir otras voces que intentan suplantarte. Igual que las ovejas necesitan a su pastor para sobrevivir, reconozco que soy igualmente frágil y dependiente cuando me quito la máscara de dureza y autosuficiencia, así es como quiero y decido vivir: dependiente de ti mi Buen Pastor, hoy me rindo ante tu presencia gloriosa. Gracias por cuidarme, por rescatarme, por no desistir y porque puedo confiar en ti y que conoces el camino a tu redil donde hallaré seguridad, gozo y paz inigualables. Toda la gloria sea para nuestro Señor Jesús. ¡¡¡Amén y amén!!!