PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 5Muestra

DÍA 3 - Entendiendo los temores saludables

Salmo 23

Salmo 27:1-5

1 Juan 4:16-18

¿Qué es el temor?

El temor es una respuesta emocional y física a algo que percibimos como peligroso o dañino. Un temor legítimo debe tener dos partes: el peligro debe estar presente y ser poderoso, como el temor a nadar en aguas infestadas de tiburones.

Un temor malsano es el temor a algo que puede no estar presente o no ser poderoso, como tener temor de nadar en una piscina sin tiburones. Los tiburones son poderosos, pero no están presentes.

¿Qué es un temor sano? Es una respuesta natural a algo de lo que DEBES tener cuidado, como acariciar a un animal salvaje que gruñe o acercarte demasiado al fuego. Nos enfrentamos a muchos temores saludables todos los días y tomamos decisiones sobre cómo superarlos.

En la Biblia, hay muchas instrucciones para «no temer». David dice en el Salmo 23: «…no temeré ningún mal…». Aunque tenemos muchas oportunidades de temer, el Señor no quiere que vivamos así. El temor nos mantiene en esclavitud y a menudo nos lleva a confiar en nosotros mismos para protegernos.

Dios quiere que confiemos y dependamos de él para que nos proteja y nos guíe. A través de esta confianza, nos llama a una hermosa vida de caminar con él.

En los Salmos, David abordó situaciones aterradoras. Pasar por valles tenebrosos es una tarea espantosa. Que los enemigos lo ataquen, los ejércitos lo asedien y estalle la guerra contra él debe haber sido aterrador. ¿Cómo tuvo David valor en lugar de temor?¿Qué le dio confianza? Puso su confianza en el Señor. Se recordó a sí mismo que Dios era su pastor.

Dios está presente con nosotros y es poderoso para protegernos.

Es posible que todavía sientas temor por ciertas cosas que justifican un temor saludable, pero puedes acudir a Dios en busca de fortaleza y valor. Recuerda, él siempre está presente contigo. Incluso si el temor es poderoso, Dios es todopoderoso y puede ayudarte a superarlo.

Pausa para reflexionar:

Ayer, discerniste entre tus temores saludables y los malsanos. Si los miedos te impiden vivir verdaderamente la vida que Dios tiene para ti, detente ahora y pídele su ayuda. Confía en el Señor tus temores y acepta su valentía para permanecer en la verdad. Dios está presente contigo. Él te protegerá.

Oremos:

Querido Señor, gracias por ayudarme a entender los temores sanos y los malsanos. No quiero estar atado por el temor. Quiero confiar en ti y vivir la vida abundante que tienes para mí. Elijo acudir a ti con confianza cuando tengo temor y busco tu guía. Gracias por estar siempre conmigo.