PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 5Muestra

DÍA 2 - Liberarse de los temores malsanos

Romanos 8:15-16

Juan 8:42-47

Salmo 56:3-4

1 Juan 5:19-20

La gente tiene miedo de las serpientes, pero no todas las serpientes son dañinas. Muchas personas temen volar en un avión, pero los viajes aéreos son, en su mayor parte, muy seguros. Los buenos nadadores pueden tener miedo a las aguas profundas, ante la inquietud de no saber lo que podría haber allí debajo de ellos.

El miedo es una respuesta emocional y física a algo que percibimos como peligroso o dañino. Un miedo sano y legítimo debe tener dos partes: debe estar presente y ser poderoso. Por ejemplo, el miedo a nadar en aguas profundas podría ser legítimo si la persona está nadando en aguas llenas de tiburones. El miedo a que algo ataque está presente y es poderoso.

El miedo a los tiburones al nadar en una piscina del vecindario no es legítimo. A esto se le llamaría un miedo malsano o irracional.

Un miedo malsano carece de presencia o de poder. El miedo a las serpientes puede ser legítimo si vives en un área con serpientes venenosas. Están presentes y son poderosas. Sin embargo, esto se convierte en un miedo poco saludable si vives en un lugar en donde no hay serpientes que puedan hacerte daño. Es posible que estén presentes, pero carecen de poder. Seguir temiendo a las serpientes inofensivas es el resultado de creer en la mentira de que las serpientes inofensivas te harán daño.

La mentira es la base de todo temor malsano.

Los temores poco saludables pueden consumir y abrumar nuestros pensamientos hasta el punto de que no podemos funcionar bien en la vida. Entonces, nos perdemos la vida abundante que el Señor tiene para nosotros en Cristo.

Es útil comprender los temores que son saludables y los que no lo son. No hay vergüenza en tener temor cuando éste es legítimo. Sin embargo, los temores malsanos no se basan en la verdad. Todavía percibimos algo como peligroso, aunque carezca de poder para hacernos daño o no esté presente.

Nuestro enemigo, Satanás, que es el padre de la mentira, quiere paralizarnos con ellas a través deltemor. Recuerda, como hijos de Dios, nunca estamos solos, y tenemos el poder de luchar contra el padre de las mentiras. Vencemos los temores malsanos manteniéndonos firmes en la verdad.

Pausa para reflexionar:

Dios está a tu lado cada vez que sientes temor. Discierne con qué tipo de temor estás lidiando hoy. Si no es saludable, identifica la mentira que hay detrás. Busca verdades de las Escrituras que contrarresten esa mentira. Memoriza esas verdades y repítelas con frecuencia.

Oremos:

Señor, te preocupas por todos mis temores. Ayúdame a tomar mis temores malsanos y a entregártelos. Elijo recurrir a ti cuando tengotemor. Me mantengo en mi posición como tu hijo y confío en ti para protegerme.