La Esperanza en Tu TristezaMuestra

Dios nos consuela en medio de nuestra tristeza porque Él conoce nuestras debilidades.

La maravillosa noticia es que como hijas tenemos un gran consolador: Dios. Pablo nos declara una verdad doctrinal tan maravillosa en la primera oración de este versículo: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación» (Jn 14:26). ¡Vemos aquí funcionando a la Trinidad para nuestro bien! El Dios de toda consolación es el Espíritu Santo, así lo afirmó Cristo a sus discípulos antes de partir a la cruz.

Dios nos consuela para consolar a otras, así que podemos dar lo que recibimos, y te pregunto: ¿Qué tan agradecida estás de lo que has recibido? ¿Cuánto te has dejado consolar por el Señor para mostrárselo a otros? Recuerda que la tristeza que no recibe consolación se acumula en tu corazón al punto de volverse amargura y autocompasión, o en lenguaje actual: te vuelves una víctima de tu situación e incluso de Dios.

Dios no nos da una palmada en la espalda, al contrario, Él nos consuela a través del evangelio para que nosotras no seamos conmovidas por el engaño y las tentaciones, también para que no perdamos nuestra identidad y caigamos en el lazo de esclavitud del enemigo.

La tristeza durará el resto de nuestra vida; sin embargo, en este mundo caído, nosotras tenemos la esperanza de que nos espera un mundo sin tristeza, pero hasta que suceda ese momento glorioso, consonémonos en el Señor; pidamos perdón cuando la autocompasión nos gobierne y estemos dispuestas a solventar aquello que tenemos dentro de nuestro corazón que no nos permite gozar de ser justificadas, santificadas, adoptadas, perdonadas, amadas y aprobadas por Dios en Cristo Jesús.

• Aprende: ¿Qué significa para ti que Dios nos consuela?
• Vive: Lee todo el capítulo 1 de 2 Corintios, ¿cómo se expresa Pablo de Dios? ¿Qué ha encontrado Pablo en Dios para dar a otros? ¿Cómo puedes aplicar este capítulo a tu vida?
• Lidera: Siguiendo la línea de 2 Corintios 1, ¿cómo puedes ser ejemplo de esto en la vida de otras?

Oración

Señor, perdónanos por ser orgullosas, no buscar tu consuelo o porque deseamos que nos des lo que queremos. Perdónanos por no refugiarnos en ti. Ayúdanos, Señor, para no desmayar, recibir tu consuelo y darlo a otras que tanto lo necesitan. En Cristo. Amén.