Lejos Del TemorMuestra

El tesoro de mi interior

¿Sabes que hay personas que evitan mirarse en un espejo? No es mi caso para nada, pues recuerdo que aun de joven siempre que caminaba de la escuela a mi casa y pasaba por las vitrinas de las tiendas tendía a mirarme para arreglar el cabello o la ropa si no estaba bien puesta.

Si el mirar nuestra apariencia física puede ser incómodo para algunas personas, ¿cuánto más será mirar el interior?

La Palabra de Dios nos hace referencia a la importancia de nuestro interior… Por ejemplo nos menciona que del interior del hombre bueno salen cosas buenas y del interior del hombre malo salen cosas malas.

También nos dice que de la abundancia del corazón habla la boca. Haciendo referencia a lo que atesoramos o acumulamos en nuestro corazón (o sea en nuestro interior es lo que se expone cuando hablamos). Es por esto por lo que podemos considerar nuestro interior como un tesoro. Lo importante es estar conscientes de qué guardamos en ese tesoro.

Muchas veces guardamos recuerdos, recuerdos tristes de momentos en los que hemos llorado, nos han lastimado física, mental, o emocionalmente. Quizás guardas amargura, rencor, miedos que te transmitieron o adquiriste por esas malas experiencias. A todas esas cosas que nos detienen y nos paralizan tenemos que identificarlas para poder pedirle a Dios que nos ayude a sacarlas de nuestro interior.

Cuando reconocemos esto en primer lugar, entonces nos estaremos posicionando mejor para ser sanados. Es como cuando estas en el médico por algún dolor específico, y le dices al Dr. qué te duele y dónde te duele. Usualmente, ese exámen médico conlleva el acostarte en una camilla en la posición que el médico te indique para poder examinar el área.

Eso mismo ocurre cuando vamos en oración a Dios y le decimos como nos sentimos y permitimos que Él nos posicione para ayudarnos en el proceso de nuestra sanación. Te recuerdo que Él (Dios) es el experto en toda sanidad; aun en esa de tu interior que quizás tú mismo has reprimido o pretendido ocultar por tanto tiempo.

Ese tesoro que necesita llenarse de amor, del amor perfecto de Dios que quita todo temor, que te puede llenar de paz, de alegrías, que puede ayudarte a perdonar y ser libre para disfrutar la vida abundante que el ganó para ti.

Es por esto por lo que al entregarle a Él nuestro tesoro interior permitiremos que este sea transformado y que el miedo que aun podemos sentir de mirarlo nosotros mismos sea disipado para entonces caminar firme en la dirección y el propósito de Dios para nuestras vidas.