Lejos Del TemorMuestra

En el día que tengo miedo

¡Qué difícil!

El poder identificar un momento específico de la vida en que he sentido miedo es complicado. ¿Sabes por qué? Porque han sido varios. Han sido unos momentos en específico en los que no es que temes a un insecto o a presentarte en público la primera vez, que, aunque reconozco que pueden causar temor e inseguridad, el sentir miedo es completamente diferente.

Según el diccionario, el miedo es una emoción natural, que se caracteriza por la sensación de angustia intensa ante un peligro real o imaginario.

Entonces, puedo recordar entre algunos de esos momentos, la emoción y angustia que sentí en esos momentos. Te cuento que, en un momento dado, luego de hacerme un examen médico, que iba un poco más allá del de rutina por aparentes signos que podrían representar malignidad en mi cuerpo, sentí mucho miedo. Un miedo nunca experimentado y que se relacionaba directamente con lo que podría pasar. Era un miedo ante la espera de algo de lo cual aún no tenía evidencia o certeza. ¿Te ha pasado?

Esa sensación te hace sentir que te falta el aire, que tu pecho esta apretado, sudas o experimentas un frío intenso, temblor, sudoración a la vez, tu sistema digestivo te traiciona y muchísimas más sensaciones que te pueden paralizar o hacer mover de manera impulsiva.

Pero, algo increíble puede pasar, y es que como nuestro Dios conoce nuestra humanidad, y sabe que en algunos momentos podríamos experimentar ese miedo, nos da Su Palabra.

Recuerdo que llegué a mi oficina e inmediatamente cerré la puerta, porque quería evitar hablar, deseaba estar sola, tras cerrar la puerta ocurrió algo maravilloso. De mis labios salieron las palabras: “Cuando tengo miedo, en ti confío” (Salmos 56:3).

¡¡Así es la palabra de Dios, VIVA!!

Ella actúa y opera en nuestras vidas para transformarlo todo. Tanto, que inmediatamente mi boca lo habló, sin yo pensarlo, el miedo se fue.

Quiero que entendamos que sentir temor o miedo en momentos dados de nuestras vidas es válido, no es pecado.

¡Lo bueno es que tengamos por cierto que nuestra confianza en Dios y en el poder de Su Palabra pueden cambiarlo todo!

Cuando hacemos de la Palabra de Dios el eje, el fundamento nuestro, podemos estar seguros de que esta producirá el Bien de Dios en nosotros. La Palabra de Dios es el pensamiento de Dios para con el hombre, y su Palabra así mismo establece que ese pensamiento es de Bien, y no de mal.

¿Sabes cuántas veces se menciona en la Biblia la expresión “no temas”? Pues precisamente 365 veces, lo que podría implicar que para cada día del año Dios nos trae el recordatorio de que no tengamos miedo, sino que confiemos en Él.

Para poder disfrutar nuestros días y vivir lo más alejado posible del miedo, solo necesitamos acercarnos a Dios y a su Palabra y vivir en ella. Te garantizo que esto marcará una señal importante en nuestras vidas y levantará la bandera de Dios sobre nosotros de manera en que otros la vean, crean y también confíen en que Dios tiene todo el control y todo el poder para actuar en su situación.

Finalizo contándote que en aquella ocasión en que tuve miedo, pero Dios me recordó su Palabra y la hablé, todos los resultados fueron negativos y estoy completamente sana… ¡Para la Gloria de Dios!