Lejos Del TemorMuestra

Entre la mente y el corazón

Las diferentes temporadas de nuestras vidas nos presentan opciones y oportunidades que en ocasiones forman una encrucijada. Un trayecto en el cual se nos presentan más de una opción, múltiples alternativas que nos dejan con pensamientos de temor. Temor a fallar, temor a equivocarnos, temor a escoger lo que no es la mejor opción.

Desde pequeños enfrentamos encrucijadas, desde qué juguete elegir o qué mantecado ordenar, ya de adolescentes esto no mengua, sino que al presentarse más opciones se nos dificulta el proceso de elección. A nosotras las chicas escoger lo que utilizaremos para la fiesta escolar, el color de los zapatos y otras cosas que podríamos decir que son vanas o superficiales nos crean panoramas de encrucijadas, que eventualmente nos preparan para enfrentar las encrucijadas más serias de la vida ya en la adultez.

¿Recuerdas cuando tuviste que escoger si aceptar ese trabajo fuera de tu zona o no? ¿O si le aceptabas la invitación a esa persona que te proponía una salida casual? O al punto que quiero legar, ¿si le hacías caso a tu mente o a tu corazón?

Cuando le hemos creído a Dios, muchas veces nuestra mente y corazón (pensamientos y emociones), pueden jugarnos una mala pasada. Las experiencias de vida, nuestro conocimiento y razonamiento se mezclan con las emociones o sentimientos que podemos experimentar por una situación o una persona y traen sentido de temor al momento de tomar decisiones.

Es por eso por lo que necesitamos llenarnos de la Palabra de Dios y de la dirección que nos da el Espíritu Santo para que, en esos momentos, que todos experimentamos en alguna ocasión, podamos tomar la dirección correcta.

Las encrucijadas de nuestros pensamientos y emociones deben en algún momento converger con la dirección de Dios y de su Santo Espíritu, solo de esa manera estaremos tomando la dirección correcta.

Ese temor por fallar o a equivocarnos puede disminuir su por ciento de probabilidad, si realmente damos pasos dirigidos por Dios.

Salomón decía en el libro de Proverbios: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”. Es por esto por lo que debemos afianzar nuestro camino siendo guiados por la Palabra de Dios, que es lumbrera a nuestro camino.

Su luz alumbra nuestros pasos, nos muestra realmente cual decisión tomar, muy seguramente el camino correcto sea el que es dirigido por Él, y no por nuestras emociones o por el conocimiento y experiencias de vida.

Si hoy estás en una encrucijada, si aún no sabes qué decisión tomar, te invito a terminar este tiempo devocional, y continúes enfocándote en buscar la dirección de Dios mediante su Palabra. Deja que Él te guíe y te muestre esa senda de vida en la cual hay plenitud de gozo y el temor NO existe.