Avivando El Corazón en El EspírituMuestra
Avivando en un corazón sano
Parte 2
No trates de arreglar el problema de raíz de amargura cortando el fruto con una fórmula mecánica y un poco mágica que consiste en declarar que se perdona a alguien. No basta con quitar el fruto, pues árbol que siga en pie volverá a fructificar tarde o temprano.
No basta con cortar el árbol, si la raíz sigue viva dará de nuevo un árbol que volverá a dar fruto.
No podemos ser esa clase de seguidores de Cristo que eluden sus responsabilidades culpando a Satanás por todo lo malo que les pasa.
El diablo no es el único culpable de todo lo que le pasa al hombre. Tú tienes un libre albedrío, tú tienes una libertad de voluntad autónoma, lo que hagas o dejes de hacer será tu personal responsabilidad.
Jamás olvidemos que los enemigos del hombre son, aparte del demonio, el mundo y la naturaleza pecaminosa. De este último nace la raíz.
Nunca digas, como Eva: “La serpiente me hizo hacerlo”. No te mientas a ti mismo, sé responsable y di, más bien: “Yo mismo lo hice y, por lo tanto, yo mismo pagaré las consecuencias de mi acción”.
Sin embargo, hablando con lógica y franqueza, a veces la raíz amarga se origina en el inconsciente. Traumas producidos en la niñez, problemas aparentemente olvidados, metas frustradas, ideales perdidos, sueños rotos, etc., pueden ocasionarla.
Juan el Bautista dice que el hacha hay que ponerla a la raíz del árbol. Si la raíz desaparece, no habrá árbol y, por lo tanto, el fruto no será posible otra vez.
Escrituras
Acerca de este Plan
Como hijos de Dios tenemos un compromiso de crecer de la mano del Espíritu Santo, pero muchas veces no sabemos cómo lograrlo. Acompáñanos por 7 días en nuestro devocional, buscando un avivamiento, primero en nuestras vidas, para luego avivar nuestras familias, los que nos rodean, la iglesia, la ciudad y el país que Dios nos dio.
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Nos gustaría agradecer a Casa Sobre la Roca, Iglesia Cristiana Integral por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://casaroca.org