No temerá mi corazónMuestra

Enséñame, oh, Jehová, tu camino,

Y guíame por senda de rectitud

A causa de mis enemigos.

No me entregues a la voluntad de mis enemigos;

Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.

Esta era una simple oración por una vida de verdadero discipulado. David no quería vivir a su manera, sino a la manera del Señor. Él no quería caminar por su propio camino, sino por el camino que Dios había preparado para él.

La "senda de rectitud" es una clara alusión al bien y a la justicia. Esto implica que no solo se trata de buscar la dirección divina para nuestra vida, sino también de actuar de manera correcta y justa en nuestras relaciones con los demás. En otras palabras, no podemos pedir que Dios nos guíe por una senda de rectitud si nosotros mismos no estamos dispuestos a ser justos y humildes.

Algo que me llama la atención es que David no pedía transitar por un camino sin enemigos, fácil o sin obstáculos, sino que pedía transitar por un camino nivelado o uniforme, un lugar donde pudiera estar firme para resistir las tormentas de la vida. Su clamor no iba dirigido a la evasión de las dificultades, sino al reposo en medio de ellas.

Isaías 41:10 dice: "No temas, porque yo estoy contigo, no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Aquí podríamos considerar la palabra “desmayar” ya que desde el punto de vista espiritual y físico apunta al desánimo, dejarse arrastrar por la tristeza o el desaliento. Pero el salmista pone toda su confianza en el Dios que lo fortalece y le ha dado la victoria tantas veces. Por eso puede clamar con total libertad.

La palabra "enemigos" en este salmo es traducida también como "enemigos vigilantes", y eso transmite la siguiente idea: la concepción de enemigos que David quiere dar a conocer es la de los enemigos al acecho, esperando tomarlo desprevenido, para atacarlo y traicionarlo. Hace referencia aquellas personas o situaciones que nosotros conocemos que buscan deliberadamente hacernos mal día tras día.

Humanamente es muy difícil resistir las amenazas sin querer hacer justicia con nuestra propia mano. Como personas que somos, es difícil ignorar las voces de nuestros enemigos y solo escuchar la voz buena y apacible de Dios, pero eso es justamente lo que Él nos ordena. Ese debería ser nuestro principal deseo.

Mi oración hoy es que, ante las dificultades, decepciones y desafíos que podamos tener en esta vida, decidamos inclinar nuestro querer y nuestra voluntad hacia la voluntad perfecta de nuestro Creador. Que realmente ante las amenazas, podamos tener un único deseo que nada tiene que ver con la venganza o la justicia por mano propia y ese deseo es seguir el camino y las ordenanzas de Dios, aun con todo en nuestra contra. Éxodo 14:14 dice: "Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos". No desesperes, Dios pelea las batallas que entregamos en sus manos y lo mejor es que, a diferencia de nosotros, Él siempre las gana.