No temerá mi corazónMuestra
Tu rostro buscaré, oh, Jehová;
No escondas tu rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá.
David sentía que Dios se estaba escondiendo de él y ahí es cuando toma la decisión de buscarlo más fervientemente. Hay momentos en la vida en los que sentimos que Dios está lejos y no nos escucha. Nos sentimos solos y confundidos, y es ahí cuando muchos tienden a tomar la peor decisión que se puede tomar en esta vida: dejar a un lado la búsqueda de Dios.
David en su decepción buscó a Dios con mayor diligencia y desesperación. Él recuerda que Dios fue su ayuda a modo de traer a su mente la fidelidad de Dios en el pasado. La Biblia dice que Dios es el mismo ayer hoy y por lo siglos. Si fuiste testigo de la fidelidad de Dios ayer, también vas a ser testigo mañana.
"Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá".
Es simplemente asombrosa la manera en la que David sabía que el amor y el cuidado de Dios va mucho más allá de los lazos humanos más estrechos. Te invito a que pienses en las personas más importantes y queridas de tu vida, a que traigas a tu mente sus nombres. Seguramente hayas pensado en tu familia, tu pareja y tus amigos y te invada un cálido sentimiento de cariño al solo pensar en ellos. Ahora bien, aun si esas personas, que tanto amas, decidieran irse de tu lado o alejarse; aunque todo diera un giro de 180 grados y quedaras a la deriva, sin nadie a quien acudir y sin un hombro en el cual llorar, Dios no se iría de tu lado.
El amor de Dios sobrepasa todo lo que podemos conocer o entender y aunque Dios nos muestra su amor a través de otras personas, ese amor es simplemente una muestra imperfecta y sesgada del verdadero amor. Probablemente conozcas lo que dice Corintios 13 (la típica lectura que se dedican los enamorados y que se lee en casi todos los casamientos) pero si aún no tienes el placer de conocer esta cita, te cuento. Corintios 13 da una descripción detallada acerca de las características del amor. Comienza diciendo "El amor es benigno y bondadoso, no tiene envidia ni rencor...", y continúa con un listado de las cualidades del amor. El versículo 12, a mi entender, es uno de los más importantes a la hora de interpretar todo este capítulo y sin embargo es el que habitualmente solemos pasar por alto.
Corintios 13:12 dice: "Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido." En otra versión dice "Ahora vemos todo de manera imperfecta, como reflejos desconcertantes, pero luego veremos todo con perfecta claridad. Todo lo que ahora conozco es parcial e incompleto, pero luego conoceré todo por completo, tal como Dios ya me conoce a mí completamente".
Si eres como yo y habías pasado por alto el versículo 12, quizá hayas interpretado Corintios 13 de una manera no tan acertada esperando que el amor terrenal cumpla con todas y cada una de las características que se leen en esta lista y acá es donde viene lo importante: por si aún no te has dado cuenta, el amor terrenal a veces es egoísta y a veces tiene rencor; a veces no es del todo bondadoso y a veces se jacta; a veces lleva la cuenta de las ofensas, y a veces hasta le cuesta perdonar. El amor terrenal puede fallar. La buena noticia es que lo que ahora vemos es simplemente un reflejo del perfecto e intachable amor de Dios. Lo que ahora vemos es una parte borrosa del perfecto amor que nos ofrece Dios. Lo que ahora conocemos es parcial e incompleto.
El amor de la persona que más te ama en este mundo en nada se compara con el perfecto amor de Dios. Ninguna relación humana puede cumplir con todos los requisitos del perfecto amor del que Dios nos enseña. Ningún lazo, por más estrecho que sea, puede igualarse al vinculo que Dios quiere tener con nosotros. El tiempo de Dios para ayudar a aquellos que confían en él es cuando todos los demás ayudantes en quien tenían puesta su confianza fallan.
Pensemos acerca de nuestros vínculos y relaciones. Pensemos en cada una de ellas y pidamos a Dios que nos ayude a entender que el amor que uno puede dar o recibir, es apenas un borroso reflejo del perfecto amor de Dios. Pidamos a Dios que perdone las veces en las que nuestro amor humano falló... las veces en que no fuimos bondadosos, o fuimos rencorosos, o nos irritamos, o buscamos lo nuestro. Las veces en las que ni siquiera le hicimos justicia a ese reflejo borroso de amor que hoy conocemos. También pidamos que nos ayude a perdonar si el amor de alguien más nos falló y que nos de la sabiduría necesaria para poder afrontar la situación según Su perfecta voluntad.
Que hoy Dios nos ayude a entender que, aunque nuestros mayores afectos nos abandonen o nos fallen, Él nos va a levantar y sustentar con la diestra de su justicia. No estás solo. Dios nunca te abandona.
Escrituras
Acerca de este Plan
Análisis y aplicación del Salmo 27 para el día a día. Si hay miedo en tu corazón, estás desanimado o estás atravesando un momento de prueba e incertidumbre, este plan es para ti.
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Nos gustaría agradecer a Natalia Rosas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/nati_rosas/