El contentamiento, el primer escalón en el crecimiento

Este principio de sabiduría nos ayuda a entender la afirmación del Apóstol Pablo, cuando le dice a Timoteo, que la raíz de todos los males es el amor al dinero.

Cuando una persona se enamora verdaderamente, empezará a buscar la forma de tener más de la persona de quien se enamoró; más atención, más compromiso, más de su tiempo, más todo. Y esto mismo es lo que suele suceder cuando es el sentimiento que tenemos con respecto al dinero: Cambia, de ser algo que usamos, a amarlo y desear a toda costa obtener más y más, en cada momento.

Pero cuando comprendemos que Dios no se equivoca en nada, y entendemos que lo que tenemos, mucho o poco, es lo que Dios, en Su perfecta voluntad y sabiduría, nos entrega en ese momento por nuestra capacidad de administrar, aparece en nosotros un concepto que nos cambia la perspectiva, y es el contentamiento. Gracias a esto, podemos ser fieles en lo poco, y a medida que mostramos que estamos creciendo en nuestra mayordomía, Dios confiará mayores cosas a cada uno de nosotros.

Oremos:

Señor, gracias por todo lo que tú nos das y por enseñarnos paso a paso como debemos administrar los recursos que tú nos permites tener en cada etapa de nuestra vida. En tu precioso nombre, te hemos orado, amén y amén.