La perspectiva correcta de lo material

¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra (Salmo 73:25 NVI).

Esta es una declaración del salmista “Asaf”, después de hacer una reflexión profunda sobre la prosperidad de los malvados, y en sus palabras se logra sentir un sentimiento de envidia al ver que esas personas tienen un estilo de vida muy relajado y además sus bienes son multiplicados.

Hoy en día podemos identificarnos con el salmista, cuando en nuestro corazón y mente pasan por sentimientos de envidia, al ver la vida y bienes de muchos hombres y mujeres que llevan vidas alejadas de Dios, e incluso contrarias a Él, y aún prosperan sus negocios y bienes.

Pero debemos llegar a un entendimiento profundo de la perspectiva eterna, a la que llegó “Asaf”, donde le damos la importancia real que deben tener las cosas de este mundo, y así, a través de filtros espirituales, lograr entender que todas las cosas materiales son pasajeras y no trascendentes en nuestra vida.

Por todo lo anterior es que debemos, día tras día, construir tesoros eternos que no se los come la polilla.

Oremos:

Hoy, Señor, te damos gracias por las cosas materiales que nos has dado y te pedimos que nos ayudes a construir verdaderos tesoros en el cielo, que son los que sí valen la pena. En tu precioso nombre, te hemos orado, amén y amén.