El Impacto De La SantidadMuestra

SANTIFICACIÓN PROGRESIVA

«La conversión quita al cristiano del mundo; la santificación quita el mundo del cristiano» (John Wesley).

La santificación inicial puede comprometerse. Aclarado eso, hay que entender la importancia de no echar a perder lo que Dios empezó en nuestras vidas. Fue exactamente acerca de eso que el apóstol Pablo dijo a los creyentes de Filipos:

Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Filipenses 1:6, énfasis añadido).

La santificación es algo que admite crecimiento y niveles de intensidad. Un hombre puede seguir un paso tras otro en su santidad, estando mucho más santificado en un período de su vida que en otros. Sin embargo, él no puede ser más perdonado y justificado que cuando creyó al principio, aunque pueda sentirlo más intensamente. Pero, ciertamente él puede ser más santificado.

El reino de Dios tiene procesos. De la misma manera que un hijo no nace ya como adulto, sino como un niño que pasará por el proceso de crecimiento, se puede decir lo mismo respecto a la vida espiritual.

Es importante destacar que tenemos el Espíritu Santo en nosotros tras el nuevo nacimiento. Él, que es la capacidad para vencer las inclinaciones carnales, ya reside en nuestro interior. O sea, todo lo que necesitamos está dentro de nosotros desde que nos convertimos. Sin embargo, como vemos en todas las Escrituras, nunca hay una imposición. Él quiere andar con nosotros y nos ayuda a no satisfacer a la los deseos de la carne, pero nunca lo hará sin nuestra aprobación.