Todo es nuevoMuestra

La vida cristiana es en verdad una paradoja. Lo que Jesús atesora es opuesto a lo que en nuestro estado natural nos apegamos.

La Segunda Carta de Corintios es una carta de contradicciones. Es una carta acerca de una fe aventurera que tiene toda su esperanza en Dios, aunque confiar en nuestra fuerza y orgullo para sobrevivir parezca más seguro y más familiar. Se trata de una paz permanente en el fondo del océano de nuestras almas que viene cuando nuestros pecados ya no nos condenan porque Dios envió a Su Hijo Jesús al mundo, que tomó nuestros pecados sobre Él. Pablo llama a esto reconciliación.

Cuando Pablo llega a principios de los años 50 después de Cristo, Corintio estaba en la cima de su desarrollo. Un epicentro comercial del sur de Grecia, Corintio estaba floreciendo, enriqueciendo, y entrando en una mezcla entre la cultura romana y griega. La antigua ciudad de Corintio se jactaba de tener todo lo que pudieras desear. Pero como sabemos, tener acceso a todo lo que podemos desear no siempre termina siendo lo que pensábamos que queríamos.

La riqueza de la cultura de Corintio tenía su lado bajo, como lo tienen nuestras ciudades modernas de hoy en día. Prostitución, esclavitud y perversión sexual de todo tipo se unían dentro de su territorio. Dioses falsos estaban por todos lados.

Yo encuentro esta carta muy alentadora porque si la iglesia funcionó en Corintio, también puede funcionar en lugares como en los que tú y yo habitamos. Admito que algunas veces pienso que nuestro mundo está ya muy adentrado en el abuso, racismo y depravación moral. Sin embargo, si el evangelio de Jesús transformó a las prostitutas de Corintio, a los opresores adinerados, paganos, y líderes de las sinagogas, entonces las buenas noticias de Jesucristo pueden transformar a las personas de nuestra ciudad de hoy. Y aunque estoy tentada a veces a pensar que la gente de Dios solo puede ser encontrada en lugares religiosos, Dios tenía gente en Corintio. Justo como te tiene a ti y a mí en los entornos culturales donde vivimos. Segunda de Corintios nos recuerda que la Iglesia de Dios brilla más brillantemente en la oscuridad más que en santuarios ya iluminados.

Mientras avanzas a través de tu camino por Segunda de Corintios, busca las contradicciones. Nota la manera en que Pablo ama incondicionalmente a los Corintios. Mientras consideras las diferencias notables, nunca olvides que has sido empoderado para vivir hermosa y descaradamente apartado, porque desde la muerte y resurrección de Jesús, lo viejo se ha ido, lo nuevo ha venido. La última vez que revisé, lo nuevo y lo viejo son completamente opuestos.