El Deseo CumplidoEjemplo

Pon tu anhelo ante el Señor

La Palabra de Dios dice que “árbol de vida es el deseo cumplido" (Prov. 13:12). Todos los que hemos experimentado la bendición de recibir lo anhelado confirmamos la certeza de esa hermosa frase. Para los que sabemos que es Dios quien concede los deseos de nuestro corazón la bendición es aún mayor porque nos sabemos consentidos por el Padre Celestial.

Pueden ser peticiones de gran envergadura o detalles que para otros pueden parecer insignificantes, pero la alegría de verlos cumplidos es indescriptible. Jesús nos da una palabra esperanzadora cuando nos dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mt.7:11).

Eso hace nuestro amado Señor, Él nos da buenas cosas. Son incontables sus bendiciones y los beneficios que recibimos cada día. Tener la confianza de decirle lo que anhelamos, eso que arde en nuestro corazón y que sabemos que sólo Él nos puede dar, es maravilloso. Él decide, eso es así, porque es soberano y porque en su sabiduría sabe lo que es mejor para nosotros. Pero cuando su voluntad y su sabiduría ven con buenos ojos nuestro deseo, lo que pedimos nos es dado.

Dios nos ama y nos consiente, sé que eso es así. Hay personas que no experimentan esa bienaventuranza de poder llevar delante del Señor sus deseos. Muchas porque no le conocen y no tienen una relación con el Padre a través de su Hijo Jesucristo. Otras, porque a pesar de ser cristianos tienen una percepción de Dios muy escasa y no creen que sus deseos sean importantes para Dios.

El salmista David, quien conocía de primera mano a su Dios, sabía que podía traer delante de Él sus deseos y tenía la certeza de que sería escuchado. “Señor, delante de ti están todos mis deseos, y mi suspiro no te es oculto" (Sal. 38:9). Este rey de Israel ponía sus deseos delante del único que podría cumplirlos. Él se sabía amado por Dios y estaba convencido de que Dios lo escuchaba.

El Dios creador del Universo, el Omnipotente y soberano, ve nuestro corazón y conoce los más íntimos deseos de nuestra alma. En el salmo 139 escuchamos a David maravillado decir: “Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh, Jehová, tú la sabes toda" (Sal. 139:2-4).

Ese deseo, esa petición que tenemos ya Dios la conoce. Es por eso por lo que, en ocasiones, vemos cómo sin haberle traído nuestro anhelo al Señor su favor ha actuado para concedernos lo que anhelamos. Así es nuestro Dios, el rey David, que conocía a su Dios de cerca, nos aconseja: “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón" (Sal. 37:4).

Gracias por acompañarme en la lectura de este plan. Te invito a buscar mis libros en Amazon.com bajo el nombre Grettchen Figueroa.

Lo que nos pasa, El Hallazgo, Con los ojos en la cabeza, Bajo su luz, Un bocado cada día 1,2,3, Acércate más para oír, De la mano de Dios, Nuestro femenino corazón

ngfigue@yahoo.com

Agradecimiento especial a Jonathan E. Riddering por su colaboración en el arte gráfico.