Viviendo Para Las Recompensas EternasMuestra
El juicio del gran trono blanco
En el devocional anterior, mencionamos que toda persona tendrá que responder 2 preguntas al morir:
1, ¿Dónde pasará su eternidad?
2. ¿Cómo pasará su eternidad allí?
Hoy hablaremos de la primera pregunta. De hecho, esa es la pregunta más importante que un ser humano debe plantearse mientras viva. Y es importante que tengamos claridad de la respuesta mientras vivimos, ya que después de nuestro último aliento, ya no habrá marcha atrás ni posibilidad de cambiar ese destino eterno.
El libro de Apocalipsis se refiere a ese momento en que nos presentaremos delante de Dios. Se conoce como el juicio del gran trono blanco. Las personas que sean aprobadas en dicho juicio pasarán una eternidad junto con Dios. Las personas que sean condenadas pasarán una eternidad separada de Dios en el lago de fuego.
Personalmente, crecí pensando que, para aprobar ese juicio, debía ser un buen chico. Y ser un buen chico significaba no decir groserías, no contestarle mal a mis padres, no pelear con mi hermana, y en general, ser una “buena persona”.
Sin embargo, la Biblia enseña que ninguna buena obra es capaz de salvarte. Nadie puede ser lo suficientemente bueno para obtener el favor de Dios. En pocas palabras, nadie se salva siendo bueno, ya que la deuda de pecado que tenemos con Dios es tan grande, que nuestras buenas obras son como “trapos de inmundicia”.
Entonces, ¿cómo aprobamos el juicio del gran trono blanco? En ese juicio, Dios consultará un libro llamado el libro de la vida. En ese libro están escritos muchos nombres. Esos nombres corresponden a todas las personas que hemos aceptado a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. Dios te exime del castigo que su justicia perfecta exige porque Cristo ya tomó tu lugar y tú reconociste eso mientras vivías.
Las buenas noticias, el Evangelio, es en esencia que Dios envió a su único Hijo, Jesús, para que en esa cruz pagara por todos tus pecados: pasados, presentes y futuros. Si tú aceptas ese regalo inmerecido, ese perdón de pecados, entonces tu nombre ya ha sido inscrito en el Libro de la Vida y jamás podrá ser borrado. Puedes estar seguro, que el día que partas, estarás por toda una eternidad con el Padre, en tu verdadero hogar.
Aplicación:
¿Está tu nombre inscrito en el libro de la vida? ¿Has aceptado a Jesucristo como tu único Salvador?
Acerca de este Plan
Aunque este mundo ofrezca fama, reconocimiento, fortuna o poder, ninguno de nuestros logros permanecerá para siempre. Como seguidores de Jesús, debemos recordar que nuestros verdaderos tesoros no debemos hacerlos en esta tierra sino en el otro lado de la eternidad. En este plan de lectura, te invito a experimentar y a vivir para las recompensas eternas que nuestro Padre tiene preparadas para ti.
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Nos gustaría agradecer a Isaac Pineda por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://isaacpineda.me/unete-a-teleios/