Sé Libre Del EnojoMuestra
El Espíritu Santo te ayudará a ejercitar el dominio propio y dejar atrás el enojo.
Es típico escuchar a alguien que dice: Ni que fuera tan fácil dejar el enojo, y pues sí lo es. ¿Qué es lo que te impide dejar el enojo?, ¿tus argumentos?, ¿tu razón? o ¿tú justificación de que fue injusto? No me mal entiendas, hay muchas cosas por las que nos enojamos que considero son justas: el aborto, la violencia, el robo, la mentira, la infidelidad, la hipocresía, la traición… y la lista es larga. Ahora bien, ¿son estas horribles respuestas o frutos de la carne debido a que vivimos en un mundo caído? sí lo son. Esto quiere decir que siempre estarán, esa visión utópica de que podemos erradicarla no es verdad, solo basta con leer Mateo 24 y todo Apocalipsis para reconocerlo.
Entonces, la que debe cambiar soy yo. Quizá es más fácil cuando lo que sucede no te afecta directamente, pero cuando te irrita a ti, ¡entonces sí que es difícil y quizá no aplica lo que dice la Biblia! ¡Error! La Biblia dice que todos somos malos, nadie hace algo bueno (Ro 3:10). Por ejemplo, ¿qué respuesta esperas cuando tú también has herido y has causado enojo a alguien sin intención? Seguramente que te perdonen. Ahora bien, cuando lo has hecho con intención, ¿qué esperas?, que te comprendan, ¿verdad?, ¿acaso Jesús no nos dice que hagamos con otros lo que deseamos que hagan con nosotros?
Este es el argumento de la Biblia: si has pecado, confiésalo y pide perdón; si han pecado contra ti, perdona hasta setenta veces siete. Esta es la matemática sencilla de la Biblia. Otra vez, ¿cuál es el problema? Nuestro argumento y la centralidad de nuestra razón. Está bien que te enojes, el problema es que el Sol no se ponga sobre tu enojo, es decir, que lo saques rápidamente de tu corazón o darás lugar al diablo y se pondrá peor.
Toma los ejemplos bíblicos: Caín (Gn 4:5-7); David, Nadal y Abigail (1 S 25); el hombre de la mano seca (Mr 3:1-5), entre otros. El enojo de ellos o hacia ellos no obró para el bien de la gloria de Dios. ¿Cuánto te aferras a tu enojo?, ¿a tu razón? ¿Puedes dejar la situación en manos de Dios y ser como Jesús al responder en humildad y pedir perdón por más mínima que sea tu responsabilidad en una situación? Recuerda que le rendimos cuentas a Dios para su gloria y si Él nos dice que dejemos el enojo, ¿qué le responderemos? El Espíritu Santo está contigo; Él es tu ayuda.
- Aprende: ¿Qué hacer con el enojo?
- Vive: Recuerda esto: En fe, enfócate en el evangelio. Recuerda que eres un pecador y que tú también pecarás en enojo, así como han pecado contra ti, que necesitas un Salvador para crecer a la imagen de Cristo. Él te ha dado el maravilloso recurso del perdón, pues sin perdón tú tampoco serías salva. Ora al Señor, pídele que te ayude.
- Lidera: Escribe en una hoja lo que aprendiste de esta lección, argumenta contigo misma para luego enseñarlo a otras.
Oración
Señor, perdona nuestra necedad de estar enojadas. No deseamos deshonrarte, queremos adorarte; sin embargo, reconocemos que encontramos en el enojo una manera de vengarnos de otros porque es injusto lo que nos hacen. El dolor es real, pero tu Palabra es verdad y creemos que esa verdad es mayor que lo que sentimos. Trae a nuestra mente a las personas que hemos herido con palabras y gestos y permítenos pedir perdón, así como deseamos que nos perdonen. Ayúdanos, Señor, queremos amarte. En Cristo. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
El enojo es insensato porque solo causa división y más pecado, en cambio la humildad nos ayuda a ver una situación objetivamente.
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Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.reformadas.com