Sé Libre Del EnojoMuestra

El enojo no obra la justicia de Dios, deja todo en sus manos y ora por un espíritu afable.

El pasaje del libro de Santiago dice que seamos tardos para hablar; sin embargo, nota lo siguiente: la ira o el enojo no siempre se muestra en palabras, tu rostro, tus gestos o tu respiración te delatan. Esto significa que el enojo es una muestra externa de lo que está sucediendo dentro de tu corazón. Santiago también dice que seamos prontos a escuchar, ¿por qué? Porque usualmente reaccionamos a nuestra interpretación.

Luego, Santiago dice algo importante: si no aprendes a escuchar y a no hablar de más con enojo, no obrarás la justicia de Dios, ¿qué significa eso? Sencillo: no harás lo que es correcto delante de Dios. Básicamente eres injusta cuando respondes con ira porque el enojo evidencia la injusticia del ser humano, ¿hacia qué? Hacia otra persona y hacia lo que Dios permite que suceda en tu vida.

Una verdad impactante es que la respuesta ante las situaciones que vivimos suele evidenciar lo que hay en nuestro corazón. El enojo no obra a la justicia de Dios porque el enojo es pecado, es un fruto de la carne, dice Pablo (Gal 5:20). A menos que estés enojada por lo que Dios llama injusticias, es decir, lo que es pecado, entonces enójate; sin embargo, recuerda: no se ponga el sol mientras sigues enojada. No obstante, si somos honestas, nos enojamos por lo que no nos gusta de nosotras mismas, de lo que no fue, de lo que no sucedió, de lo que pasó, de cómo pasó, de cómo se hizo, etc. Así que la Biblia nos enseña mejores maneras de lidiar con el enojo. Nos leemos mañana.

• Aprende: ¿Qué es el enojo?
• Vive: ¿Cómo el enojo te ha dominado? ¿En qué momentos te enojas? ¿Cómo se ve tu enojo? Ora al Señor por lo que aprenderás en este devocional para ponerlo en práctica.
• Lidera: Ora por aquella hermana que lucha con la ira; invítala a este devocional.

Oración

Señor, te damos gracias por tu gran amor en rescatarnos; nada merecemos de Ti, pero en tu gracia nos has dado todo lo que necesitamos. Perdónanos porque todavía luchamos con el enojo por muchas razones, ayúdanos a conocerte más y entregarte el enojo. En Cristo. Amén.