Si Dios Me Perdonó, ¿Quién Soy Yo Para No Perdonarme?Muestra

“Pero ustedes, queridos hermanos, manténganse firmes en su santísima fe. Oren guiados por el Espíritu Santo. Consérvense en el amor de Dios y esperen el día en que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna. Tengan compasión de los que dudan” (Judas 1:20-22 DHH).

Padre Amado: Gracias por sostenerme en medio de mis debilidades, dudas y temores. Es solo gracias a Cristo, que hoy nada me descalifica de tu amor y de tu gracia, es el poder de tu Espíritu el que me fortalece, me levanta y anima, para no rendirme y seguir adelante en medio de mis luchas y desafíos.

Señor, sé que lo contrario a la fe es la incredulidad, y mis luchas de hoy no son porque no crea; yo hoy reconozco mi necesidad de ti, de tu perdón, tu gracia y tu poder y puedo seguir aferrándome a mi fe en Ti, aún mientras dudo de mis circunstancias, puedo confiar en tu amor y tu favor inmerecido, sé que tú Espíritu me ayuda a atravesar la niebla de la duda y a salir fortalecida en mi fe en ti porque cada experiencia que he vivido me ha dejado ver tu bondad para conmigo.

Gracias por transformar mi forma de orar a través de la revelación de Tu Palabra, donde me encuentro con Cristo y Su obra en la Cruz que hoy me concede el privilegio de llamarte Padre y poder venir a ti aún con mis dudas y temores y descubrir que siempre serás mi refugio seguro.

Te pido Señor que pueda ser sensible también a la necesidad de otros y que en medio de las batallas que ellos están librando yo pueda sentir compasión por los que dudan, y tú pongas en mí, palabra de aliento y sabiduría que alimente su fe y disipe sus temores.

Gracias Señor Jesús por invitarme cada día, a acercarme a ti aún con mis dudas y descubrir tu verdad que me libera y me da seguridad de que puedo descansar y esperar en ti sin dudar.

En el precioso nombre de Jesús. Amén