PneumaMuestra

Pneuma y Ruach

Se nos capacita para caminar en la vida abundante mediante el entendimiento de quién es realmente el Espíritu Santo. Ya vimos que la palabra para el Espíritu en el Nuevo Testamento, en griego, es pneuma. En el Antiguo Testamento, la palabra para el Espíritu en hebreo es ruach. También significa un viento, una exhalación violenta, una ráfaga de aliento. Tanto el hebreo como el griego coinciden. El Espíritu Santo es el aliento de Dios, un soplo de aire fresco, un Espíritu que da vida.

Podemos ver la naturaleza del Espíritu Santo en el relato de la creación. Dios respira, y cuando exhala, infunde vida a la existencia. Insufló vida al primer ser humano (Génesis 2:7). En Job 33:4 se dice: «El Espíritu de Dios me ha creado; me infunde vida el aliento del Todopoderoso». Necesitamos ruach, pneuma, el viento, el aliento de Dios Espíritu Santo.

El viento no se ve. Puede ser imprevisible. Jesús había dicho a sus seguidores que esperaran al Espíritu Santo. Aunque temían la persecución y era políticamente incómodo, hicieron caso de su mandato y esperaron la promesa. Hechos 2:1-2 nos dice: «Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos». Pneuma. Llenó toda la casa donde estaban sentados. A veces el viento puede ser poderoso. Piensa en la fuerza de un tornado o de un huracán, vientos que soplan tan fuerte y tan violentamente que pueden aniquilar todo a su paso en cuestión de segundos. Este viento no tuvo ese efecto. Por el contrario, los discípulos «fueron llenos del Espíritu Santo» (Hechos 2:4).

Hay una historia sobre un niño que volaba una cometa en un día ventoso. La cometa se elevaba cada vez más, hasta perderse de vista. Un hombre que pasaba por allí miró hacia arriba y no pudo verla. Preguntó al niño: «¿Cómo sabes siquiera que hay una cometa ahí arriba?». El niño respondió con confianza: «Puedo sentirla». Mira, aunque no podamos ver al Espíritu Santo, podemos sentir su presencia. Incluso cuando no lo vemos, Él está obrando. Cuando estamos rendidos a Él, confiando, permaneciendo y caminando en Él, sabemos quién es el Espíritu Santo.

Dios, lléname de tu Espíritu Santo. Ayúdame a sentir su presencia en mi vida.