PneumaEjemplo

Pneuma y la Trinidad

Jesús prometió a sus discípulos: «…Dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo» (Hechos 1:5) NVI. La palabra traducida «Espíritu» es la palabra griega pneuma. Esta palabra es un sustantivo: una persona, un lugar o una cosa. Pneuma significa viento, aliento o espíritu. El Espíritu Santo no es un lugar. No es una cosa; no es un acontecimiento ni una fuerza impersonal. No es un dónde, un cuándo o un qué, sino un quién. El Espíritu Santo es un individuo, y es personal y social.

La Biblia enseña que solo hay un Dios verdadero (Deuteronomio 6:4, Isaías 45:5). También dice: «Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» (1 Timoteo 2:5 NVI). Entonces, ¿quién es exactamente el Espíritu Santo?

Hay un Dios, pero nuestro Dios es plural. Tenemos que envolver nuestras mentes y corazones en torno a esta verdad. En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea que más a menudo se traduce como «Dios» es Elohim, que en realidad es un sustantivo plural. Dios es Trino. Creemos que hay tres personas en la Divinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

La Escritura comienza: «En el principio Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía, las tinieblas cubrían el abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas» (Génesis 1:1-2). Este pasaje muestra a Dios Padre y a Dios Espíritu Santo. Y Juan nos dice: «En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.

Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir» (Juan 1:1-3) NVI. Sabemos que el Verbo es Jesús, Dios Hijo. Así pues, las tres personas de la Trinidad estaban unidas, presentes y, activas desde la creación.

Sabemos que Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» (Génesis 1:26). Dios se refería a Sí mismo con el plural. En la fe, aceptamos que Dios es uno, pero plural. No es fácil explicar al Dios trino. Los más grandes teólogos te dirían que podrías estudiar a Dios durante años y apenas arañar la superficie de todo lo que Él es.

Dios, ayúdame a abrazar la verdad sobre tu naturaleza revelada en las Escrituras. Quiero conocerte mejor.