El engaño de SatanásMuestra
La larga sombra del aislamiento
El engaño de Satanás, junto con el pecado de Adán y Eva, alteró por completo la condición humana. Sin la iniciativa y la intervención de Dios, no habría esperanza de cambio. En el Antiguo Testamento, Job describe el estado triste y desesperado de la humanidad, separada del Creador. Job articula los gemidos universales del espíritu humano que grita: «¿Qué puedo hacer? No tengo esperanza. Nada de lo que hago es suficientemente bueno. Soy culpable y lo sé. Podría restregarme las manos hasta que sangraran, pero aun así, no estarían limpias».
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo reitera la condición condenada de las personas separadas de Dios por sus pecados e iniquidades. Dice que los que viven alejados de Cristo no tienen esperanza y no reciben sus promesas de pacto ni la ciudadanía entre el pueblo de Dios.
Las personas alejadas de Dios suelen emprender una búsqueda para encontrarle y apaciguarle. A menudo hacen penitencia o se autoflagelan, algunos incluso se arrastran de rodillas ensangrentadas durante kilómetros hacia santuarios y altares vacíos. Todos los intentos humanos de reconciliarse con Dios son vanos. Nada de lo que pueda hacer un individuo salvará jamás el abismo separador del pecado.
El apóstol Pablo formula la pregunta que está en el corazón de toda persona consciente de su condición desesperada: «¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor» (Romanos 7:24-25a, NTV). La respuesta del apóstol Pablo da esperanza a todas las personas.
Dios creó a las personas a su semejanza para que vivieran con dignidad y no con vergüenza. Ningún ser humano fue creado para rebajarse o ser degradado. El plan redentor de Dios expone las heridas del pecado para que pueda haber sanidad y plenitud de nuevo.
El Evangelio de la redención de Dios nos dice cuánto ha invertido en restaurar a las personas hacia Él. Muestra su gracia y su amor, que hacen posible que las personas experimenten su salvación, que aporta una dignidad renovada, una igualdad vital y un propósito dinámico a sus vidas cotidianas. La redención trae luz y disipa la larga sombra del aislamiento.
Dios, gracias por tener un plan redentor para traer tu vida a mí.
Acerca de este Plan
El tercer capítulo de Génesis expone la artimaña de Satanás para frustrar el diseño original de Dios para la humanidad en relación consigo mismo y con el resto de la creación. El engaño de Satanás marcó el comienzo del sufrimiento humano. Esta meditación de cinco días te ayudará a descubrir cómo Dios proveyó la restauración de esa relación original que quería tener con sus hijos.
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Queremos dar las gracias a la Dra. LaDonna C. Osborn y a Osborn Ministries International (OMI), en colaboración con El Centro Network, por facilitarnos este plan devocional. Osborn Ministries busca expresar y propagar el evangelio de Jesucristo a todas las personas del mundo. Para más información, visita: https://osborn.org/ y http://www.elcentronetwork.com.