El engaño de SatanásMuestra
Los efectos de largo alcance del pecado
Desde la caída, tres rasgos fundamentales han contaminado la conciencia [humana], dando fe de los efectos de largo alcance del pecado.
De la dignidad a la vergüenza. La primera huella del pecado sobre las personas fue la vergüenza. El hogar de Adán y Eva había sido el Jardín del Edén, donde caminaron con Dios en una magnífica relación de amor y confianza sin conciencia de vergüenza. Cuando se separaron de la vida de Dios, perdieron la dignidad que Dios les había dado y se proyectó la sombra oscura de la vergüenza.
Cuando las personas se separan de la luz que se encuentra en la presencia de Dios, sus limitaciones se hacen evidentes. Se ven a sí mismas desnudas y avergonzadas. Son vulnerables a las influencias negativas que las manipulan. Se esconden en la oscuridad de la noche, huyendo de la luz, cometiendo maldades en secreto, sabiendo que algo va mal. Separados de Dios, su sentimiento antinatural de culpa y vergüenza se convierte en la norma.
De la igualdad a la separación. La segunda huella del pecado fue la separación entre Dios y los hombres y dentro de la familia humana. Adán y Eva fueron creados a imagen de Dios, como expresión de Dios. Su relación de una sola carne entre ellos era un bello reflejo de la unidad de Dios. El pecado rasgó la relación entre el Creador y su familia humana. Ya no eran uno con su Creador ni entre sí.
Las personas fueron creadas para tener comunión con Dios y entre sí, y para vivir juntas en comunidad y armonía. A causa del pecado, las personas se alejaron de Dios y se separaron unas de otras, construyendo muros de desconfianza y recelo. La soledad y el aislamiento son ahora males humanos comunes. El asesinato, el abuso, los celos y la envidia nos recuerdan que, sin la vida unificadora de Dios, nunca podremos experimentar la unidad con los demás.
Del propósito al miedo. La tercera marca del pecado fue un miedo profundo. La desconfianza de Adán y Eva los llevó a desobedecer a su Creador, y se volvieron temerosos de Él y de los demás. Su propósito creado fue sustituido por una aterradora sensación de inseguridad. El miedo es la motivación principal que ruge y arde en el corazón humano y está detrás de muchas maldades que comete la gente.
Las personas de casi todas las religiones temen al dios o dioses que adoran. Las cicatrices del pecado han distorsionado sus percepciones. Muchos cristianos también viven con miedo de hacer o decir algo que ofenda a Dios. Pero cuando nos reconciliamos con Él, tenemos una relación restaurada con Dios. Nuestro miedo se sustituye por la confianza en la aceptación que Dios nos da. No fuimos creados para vivir con miedo.
Dios, gracias por recibirme en tu trono de amor y gracia.
Acerca de este Plan
El tercer capítulo de Génesis expone la artimaña de Satanás para frustrar el diseño original de Dios para la humanidad en relación consigo mismo y con el resto de la creación. El engaño de Satanás marcó el comienzo del sufrimiento humano. Esta meditación de cinco días te ayudará a descubrir cómo Dios proveyó la restauración de esa relación original que quería tener con sus hijos.
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Queremos dar las gracias a la Dra. LaDonna C. Osborn y a Osborn Ministries International (OMI), en colaboración con El Centro Network, por facilitarnos este plan devocional. Osborn Ministries busca expresar y propagar el evangelio de Jesucristo a todas las personas del mundo. Para más información, visita: https://osborn.org/ y http://www.elcentronetwork.com.