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Parte del cambio incluye cambiar nuestra forma de pensar sobre las cosas. A menudo, solo pensamos en el cambio como algo externo, como el final de una relación, el cambio de escuela o la graduación. Pero parte de experimentar el cambio también puede significar el trabajo a nivel interno. En otras palabras, ¡podemos cambiar nuestra forma de pensar sobre las cosas! La Biblia nos enseña la importancia de dejar que Dios nos transforme (¡o nos cambie!) en personas nuevas ayudándonos a cambiar nuestra forma de pensar. Esto significa que debemos mirar las cosas, las personas o las situaciones como lo haría Dios. ¿Por qué? Porque entonces veremos y comprenderemos mejor lo que Dios está haciendo en nuestras vidas y en las de los que nos rodean. Esto también nos ayudará a afrontar los diferentes cambios que podamos experimentar en nuestras vidas a lo largo del camino.

Hoy, fíjate en tu forma de pensar sobre las cosas: las personas, las relaciones, las circunstancias, los desafíos e incluso los cambios en tu vida. Lleva todo eso a Dios y pídele sabiduría para pensar en ello como Él lo hace.