Mi gran bocotaMuestra
Transforma tus quejas
No sé si les sucede, pero a veces, ¡la vida parece sobrepasarme! Por ejemplo, las largas horas en el trabajo que se funden con el interminable quehacer del hogar. Si llegas a visitarme sin aviso, verás montones de ropa del lavado por todos lados. Llega la hora de dormir no sin antes lavar las mamaderas del bebé—nuevamente.
Sabes de lo que hablo. El agotamiento físico y mental sigue viniendo. Cuando llega, quedamos estresados y abrumados ¡esto hace que quejarse sea muy fácil! Aunque deje salir todas mis frustraciones por medio de la queja mordaz e insolente, no ayuda a nadie. Pregúntale a mi esposo. De hecho, casi siempre me hace sentir peor. Entonces por qué lo hago? Por mi boca habla mi corazón y ¡mi corazón es egoísta! Todos tenemos corazones egoístas.
¿Cómo detenemos la queja? Aquí hay algo que me ha ayudado a ser menos egoísta. Piensa de qué te quejas. Luego transfórmalo. Tal vez te estés quejando de grandes bendiciones que en realidad ni las merecías. La próxima vez que quieras quejarte de tu trabajo, transforma la queja en agradecimiento a Dios porque es el medio por el que te provee. Las mamaderas que lavo cada noche pertenecen a otro regalo de Dios, mi bebé, a quien amo y adoro. Mi esposo, quien también se cansa y estresa, es un padre asombroso y mi mejor amigo.
Cuando analizamos nuestras circunstancias y vemos que son dones verdaderos, podemos transformar casi todo en alabanza. La queja trae descontento y me hace sentir vacía pero, al correr a Jesús con mi dolor y mi alabanza, se renueva mi plenitud. Y Su gracia es interminable, así como la ropa en mi sala.
-Catie, transformadores de quejas
Ora: Jesús, gracias por todas las bendiciones que me has dado. Ayúdame a correr a Ti cuando me siento agotada. Tú eres mi gozo y mi fortaleza. En Ti tengo más de lo necesario. Gracias, otra vez, por Tu amor y Tu gracia. Amén.
Acerca de este Plan
Las palabras son poderosas. Pueden abatirnos o levantarnos. Herir o sanar. Las palabras adecuadas en el momento adecuado pueden ser exactamente lo que necesitamos oír, o decir. Aprende de cuatro personas, quienes como tú, están encontrando las palabras correctas en este nuevo Plan bíblico de Life.Church; acompañando al pastor Craig Groeschel en esta serie, Mi gran bocota.
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