Descubre el Padre NuestroMuestra
El Padre Nuestro aplicado
Esta sencilla oración nos da mucha luz.
«Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre...». La adoración a nuestro Señor debe iniciar nuestro acercamiento a Él antes de que pronunciemos nuestros asuntos estresantes. Antes de que los asuntos de mi corazón salgan de mis labios, mi alabanza y adoración a Él deben hacerlo primero.
«Venga tu reino. Hágase tu voluntad...». Antes de exponer mis deseos y ambiciones ante el Señor, debo dar prioridad a su Reino; debo considerar primordiales los asuntos de su corazón, alineándome con la voluntad del Padre como coheredero con Cristo.
«El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy...». Después de buscar primero el Reino, ahora llevamos nuestras preocupaciones al Señor. En este punto de nuestro acercamiento a Él, las cosas terrenales se vuelven extrañamente tenues al estar alineadas con su perspectiva. Los asuntos de nuestra vida ya no parecen tan elevados al contemplarle a Él. Un encuentro diario con el Señor es absolutamente necesario para permanecer en Él. Así como los israelitas no podían vivir del maná de ayer, nosotros no podemos vivir de encuentros pasados; debemos vivir de encuentros presentes.
«Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores...». Un hermoso proceso de limpieza de nuestros corazones se produce en este maravilloso momento de la oración. Como clama el salmista: «¡Ponme a prueba, Señor! ¡Examíname!
¡Escudriña mis anhelos y mis pensamientos!» (Salmos 26:2 RVC). Es en la humildad donde empiezo a recibir y comprender el castigo del Señor. Mediante el escrutinio de su voz por medio de su Palabra, somos corregidos en el amor; el Señor habla sobre nuestros defectos con verdad y gracia. Entonces podemos extender gracia a los que nos rodean.
"No nos metas en tentación, sino líbranos del mal...". Debemos ser muy conscientes de nuestras victorias, que solo pueden venir de Cristo. Es por su gracia por lo que puedo reír ante la tentación; a través de nuestras oraciones, Dios hace que podamos cruzar el Mar Rojo de nuestra carnalidad.
«Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén». Así como empezamos adorando, terminamos adorando. Es por su poder y su autoridad que pisamos los suelos de este mundo como embajadores del reino de Dios. Por ello, decimos: «¡Aleluya!» y «¡Amén!».
Para saber más sobre la oración y los diversos ministerios de la Universidad Oral Roberts (ORU), visita: https://www.oru.edu/
Escrituras
Acerca de este Plan
Dedica siete días a orar y reflexionar sobre la sabiduría y la perspicacia que Jesús nos dio a través del Padre Nuestro. Es el modelo de oración que Jesús enseñó a sus discípulos con el que quiere bendecirnos y enseñarnos hoy. Este devocional te dará una visión profunda de lo que nuestro Padre Celestial desea para nosotros.
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Nos gustaría dar las gracias a ORU Worship, un ministerio de la Universidad Oral Roberts (ORU), en colaboración con El Centro Network, por habernos brindado este plan. Para más información, visita: https://www.oruworshipcenter.com/ y https://elcentronetwork.com