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Intimidad y cuidado constante de nuestro Padre

Dios ama a su pueblo y busca una relación personal con cada uno de sus hijos. Esto es evidente en cómo cuida de nosotros, incluso antes de nacer. Por ejemplo, en el libro de los Salmos está escrito que el Señor conoce cada pequeño detalle de nosotros desde antes de que naciéramos: «Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre» (Salmos 139:13 NVI). Esto se relaciona con el cuidado que Él tiene de nosotros a lo largo de nuestra vida.

Jesús describe el cuidado que Dios tiene de nosotros con su atención a los detalles más pequeños: «¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre. Él les tiene contados aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo, ustedes valen más que muchos gorriones» (Mateo 10:29-31 NVI). Esto nos permite comprender el amor que el Padre nos expresa a través de su constante cuidado.

En el Padrenuestro, Jesús nos invita a acercarnos a un Padre que se interesa por nuestras necesidades y las conoce, pero que anhela que le expresemos esas peticiones. Usualmente, solo compartimos nuestras necesidades con aquellos con los que mantenemos una relación íntima. Sean nuestras necesidades grandes o pequeñas, urgentes o no, ordinarias o extraordinarias, Dios quiere que demostremos que confiamos en Él y que le vemos como nuestra única fuente de provisión. Cuando Jesús ora: «Danos hoy nuestro pan de cada día», el pan simboliza las necesidades que tienen los seres humanos. Así como Dios proveyó a Israel de maná en el desierto, nuestra provisión viene del Cielo.

Tras enseñar a sus discípulos y a nosotros a orar, Jesús continúa, unos versículos más adelante, insistiendo en la importancia de confiar al Señor todas nuestras necesidades. De este modo, podemos evitar la preocupación constante, el desánimo, el estrés o la ansiedad.

La oración es un momento para confiar en el amor de Dios. Tú puedes hacerlo. La oración es una oportunidad para reconocer que Dios es tu Proveedor, pero necesitas expresarle tus necesidades y anhelos con tus propias palabras. Cuando pedimos a Dios nuestro pan de cada día, le reconocemos como el único que nos da todo lo que necesitamos. Te invito a que hoy te acerques más a Él. Sean cuales sean tus necesidades, ora con fe, creyendo cada día que Dios es tu Proveedor.