Confiados en JesúsMuestra
Gracias a Jesús
Una de las promesas en la que nos debemos reafirmar con fe como hijos de Dios, es que sin importar lo que estemos viviendo podemos acceder al Trono de la Gracia para ser escuchados por nuestro Padre, con la confianza de que Él, suplirá los recursos que podamos necesitar para seguir avanzando en su voluntad.
El rey David es un ejemplo claro de la certeza que tenemos al ejercer la fe que se nos ha concedido y que nada ni nadie puede anular; él conocía a Dios y sabía que solo Él podía librarlo de sus angustias y temores. Tenía la seguridad de su salvación en el Único que poseía el poder y la autoridad para salvarlo.
De la misma manera, a nosotros se nos ha revelado el Padre por medio de su Hijo Jesús, sabemos en quién está nuestra salvación; tenemos la certeza de que no hay otro lugar ni ningún otro dios al que podamos acudir en busca de ayuda porque sabemos que nuestro Dios y Padre Eterno, solo Él, tiene el verdadero Poder que nos sustenta. Somos sustentados por nuestro Padre, gracias a Jesús; por Él, podemos gozar de la providencia su Nombre, del "Gran Yo Soy".
No importa el tamaño de la prueba; la confianza que nos inspira el Nombre de Jesús es más grande y más poderosa que cualquier adversidad o tormenta. No hay lugar alguno para el temor mientras mantengamos nuestra mirada en Él, mientras nos refugiemos en sus palabras y nos deleitemos en el conocimiento de su Nombre. Mientras más conocemos a Jesús más conocemos a nuestro Padre, y más firme nuestra fe.
Acudamos al Trono de la Gracia, vayamos corriendo al refugio de confianza donde estamos seguros y protegidos gracias a Jesús, por quien tenemos acceso a nuestro Padre, a su Reino, a sus riquezas. Entreguemos como lo hizo el rey David, nuestra confesión de fe, rindiendo a los pies de nuestro Dios todo lo que somos, todo temor, angustia, necesidad y preocupación.
Dejemos en las manos de quien nos gobierna, el Espíritu de Dios, aquello de lo que no podemos ocuparnos porque no está en nuestra fuerza, aquello que pretenda robarnos la paz y opacar nuestra fe; confiemos en que nuestro Padre es quien se encarga de todo cuanto vivimos y que será Él quien suplirá conforme su providencia, sus tiempos y propósitos; sigamos confiados en la providencia que tenemos garantizada en el Nombre de su Hijo Jesús. Permanezcamos confiados en la esperanza que nos da su Nombre, en quien, por fe, recibiremos todo lo que necesitemos conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre Eterno. Tengamos la certeza de su gloria aun en medio de la fuerte tempestad, en el Nombre de Jesús podemos descansar, Él no permitirá que nos ahoguemos; es más, Él mismo se encargará de aquietar toda tormenta, Él es nuestro rescate; por Él, no estamos destinados a la destrucción, en su Nombre somos salvos, en su Nombre tenemos la victoria.
Acerca de este Plan
No hay montaña tan alta que la fe que se nos ha dado no pueda escalar; no importa el caos que pueda haber a nuestro alrededor, cuando nuestros ojos están mirando hacia la dirección correcta "Jesús" no hay nada que pueda derribar la victoria que tenemos garantizada por fe en su Nombre.
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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/confiadosenJesucristo