El viaje a la cosmovisión

¿Cómo integramos la cosmovisión a nuestras vidas? Ahora entendemos mejor el viaje de la cosmovisión: que todos estamos en él y que es un proceso continuo. Comenzamos nuestro viaje influenciados por la lente de la naturaleza humana caída y gradualmente nos alejamos del pensamiento y las creencias defectuosas a medida que la verdad de la Palabra de Dios se centra en nuestros corazones.

Cuando somos interceptados por el Evangelio, cambiamos la lente de la naturaleza humana caída por la lente de Cristo. Entonces debemos pasar de la conciencia a la acción, integrando y aplicando el punto de vista de Dios a todas las facetas de nuestra vida. Cuando aprendemos a funcionar así, nos convertimos en personas influyentes. Este es un viaje de cosmovisión de círculo completo: ¡empezamos siendo influenciados y terminamos siendo influenciadores!

Hemos establecido que todo el mundo tiene una cosmovisión, lo reconozca o no. Del mismo modo, todo el mundo vive por fe, pero ¿fe en qué? No todas las cosmovisiones son coherentes, y una cosmovisión incoherente es inevitablemente vulnerable a las influencias.

Por eso, ¡tener una cosmovisión sólida y coherente es vital para todo creyente! Los seres humanos son inherentemente moldeados por influencias externas. Si no tenemos respuestas a las grandes preguntas de la vida, nos volvemos susceptibles a encontrar respuestas fuera de la verdad última de la Palabra de Dios.

En lo más profundo de cada uno de nosotros hay un anhelo de sentido y de respuestas a las preguntas más profundas de la vida. Todos deseamos ser amados y comprendidos por quienes nos rodean. Como cristianos, ¿cómo debemos acercarnos a alguien que está luchando con su sentido de cosmovisión? Tenemos la responsabilidad de amar a la gente, y eso significa escuchar el corazón de las personas que Dios pone en nuestras vidas. Esto requiere que dejemos a un lado nuestro orgullo y estemos presentes con aquellos cuyas convicciones pueden ser diametralmente opuestas a las nuestras. Cuando hacemos el esfuerzo de conocer las creencias de otras personas y las perspectivas e influencias que las han formado, podemos entablar conversaciones y evangelizar con más sabiduría, modelando el amor y la verdad de Jesús.

Nuestras acciones tienen más peso que nuestras palabras. Cuando te enfrentes a una interacción de alto riesgo, pregúntate lo siguiente: Si nunca más le hablaras de Dios a esta persona, ¿sería suficiente tu testimonio de vida para llevarla a Jesús? Nuestro objetivo es encarnar la verdad y, desde esa posición, guiar amorosamente a otros hacia ella. Al hacerlo, podemos ofrecer al mundo respuestas basadas en la verdad que realmente funcionan.

Pensamiento del día: Cuando nuestra cosmovisión pasa de ser una creación inconsciente a estar conscientemente basada en la verdad suprema de Dios, todo lo demás cobra sentido. Nuestro propósito profundo es encarnar plenamente la verdad de Dios.

Para más recursos sobre el tema de la cosmovisión bíblica, visita el sitio web de GoStrategic: www.estrategico.org