La naturaleza de la verdad

La cultura la crean los seres humanos, basándose en sus acciones u omisiones, a partir de sus creencias sobre lo que es la verdad. Su perspectiva modifica su capacidad de comprender la verdad. Por tanto, la naturaleza de la verdad es primordial para la formación de la cultura y nuestra percepción de ella.

A medida que intentas descubrir qué hay detrás de tus propias creencias, de las creencias de los demás y de diversas cuestiones del mundo actual, resulta útil plantearse preguntas sobre la naturaleza de la verdad, como "¿Es la verdad relativa o absoluta?" y "¿Cómo armonizamos con la verdad?".

La verdad es un tema candente en la sociedad, sobre todo la noción generalizada de que cada persona tiene su "propia verdad". ¿Es esto posible? ¿Puede la verdad ser individual? La respuesta es no. Todos podemos tener opiniones, experiencias, puntos de vista y creencias que son válidos y personales para nosotros. Sin embargo, si la perspectiva de cada uno es la verdad, entonces la verdad universal no existe.

Si creemos que la verdad es relativa, entonces la vida no puede tener absolutos, y nuestras elecciones y comportamiento no tienen límites. Una cultura sin verdad absoluta carece de claridad y, en última instancia, desemboca en el caos.

Como cristianos, creemos que la verdad es absoluta y nos ha sido revelada en las Escrituras. La verdad es a la vez conceptual (en principios) y relacional (encarnada en Jesucristo); la verdad es, por tanto, un concepto concreto y ¡una persona a la que se puede conocer!

Jesús le dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por Mí"(Juan 14:6).

Las Escrituras nos dan el modelo para descubrir la verdad: viene directamente a través de Dios. De hecho, todo el propósito de la existencia humana de Jesús en la tierra fue revelar la verdad de quién es Él y quiénes somos nosotros en relación con Él.

Dios nos da libre albedrío para que podamos elegir si creemos o no lo que dice sobre Él y sobre nosotros. La validez de la verdad no depende de que estemos de acuerdo con ella. La verdad final o suprema se aplica a todas las personas, jurisdicciones y áreas de la vida, independientemente de que la reconozcamos o aceptemos.

La verdad se revela a través de las Escrituras, a través de Cristo y a través de las personas que Dios soberanamente trae a nuestras vidas. Nuestros sentimientos son relevantes, pero eso no significa que estén en línea con la verdad. La verdad suprema es objetiva y aplicable independientemente de nuestra creencia en ella o de nuestros sentimientos al respecto. ¿Cuántas veces nos sentimos tentados a rechazar la verdad porque choca con nuestras creencias o sentimientos subyacentes?

Todos debemos preguntarnos: "¿Estoy viviendo según MI verdad o según LA verdad?". La plenitud y la salud definitivas vienen a través de conocer a Cristo y abrazar la verdad encarnada en Él. Desde esta base, podemos entablar conversaciones significativas y auténticas con los demás, arraigadas en la verdad y el amor.

Pensamiento del día: La naturaleza de la verdad se revela a través de Jesús. Él es la verdad y sólo Él puede decir la verdad.