[Recordado para siempre] El pueblo de DiosMuestra

Alabado sea Dios

La última forma en que las personas son recordadas para siempre o dejan un impacto positivo duradero en los demás es al priorizar la alabanza. Este principio fundamental guía sus acciones. Estas personas disciernen en lugar de dividir, se entregan generosamente y pasan tiempo en comunión con Dios y ministran a los demás.

Exploremos cómo concluye el gran tratado de Romanos. A pesar de los debates y controversias teológicas que rodean este libro, no culmina en un conflicto sino en una alabanza: una doxología. «Doxa» significa gloria, esplendor y grandeza, mientras que «logos» se refiere a una palabra o enseñanza. Por lo tanto, una doxología es una palabra o versículo gloriosos, que logra así una hermosa conclusión para el libro de Romanos. Quizás estés familiarizado con la doxología que cantamos en la iglesia:

«Alabado sea Dios de quien fluyen todas las bendiciones. Alabadle, todas las criaturas de aquí abajo. Alábalo sobre ti, hueste celestial. Alabado sea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén».

Estas letras, escritas por Thomas Ken en 1709, resumen la esencia de la alabanza. Te invito a cantarlas para celebrar la conclusión de Romanos.

El libro de Romanos es extenso: 16 capítulos, 433 versículos, con muchos temas teológicos diferentes a lo largo del mismo. Este libro, a menudo considerado como el pináculo de la literatura, la doctrina y la teología, ha tenido un impacto inconmensurable a lo largo de la historia. Muchos han llevado sus enseñanzas y espero que tú también lo compartas para que las puedan contemplar las generaciones futuras. La clave para ser recordados para siempre es sumergirnos en la Palabra de Dios y ofrecer alabanza a Jesús. No se trata tanto de que conozcamos la Palabra, sino de que Dios nos conozca. Él es quien nos mantiene y se aferra a nosotros incluso cuando dudamos, luchamos o queremos dejarlo todo.

Ser recordado para siempre comienza con una relación personal con Jesucristo, la seguridad de la vida eterna a través de su sacrificio y el compromiso de vivir nuestra fe. Al mantener viva la Palabra en nuestros corazones y almas, transmitimos un legado que impacta al mundo para Cristo. Cuanto más nos sentamos con Jesús y pasamos tiempo con él, más nos cambia. A su vez, nosotros impactamos a quienes nos rodean. Nos convertimos en sus manos y pies para los demás, ministrándoles de la misma manera que otros nos amaron y nos enseñaron gracias a Cristo.

Para obtener más información sobre la predicación en inglés sobre la que se basó este devocional, Clic aquí.