[Recordado para siempre] El pueblo de DiosMuestra

Un legado de bien

No se puede subestimar la importancia del libro de Romanos. William Tyndale, el reformador inglés que tradujo la Biblia al inglés, comentó una vez que Romanos es la «parte principal y más excelente del Nuevo Testamento». Ha sido descrita como la obra más profunda que existe e incluso un comentarista francés la ha comparado con la «Catedral de la Fe Cristiana». Martín Lutero, el gran reformador, creía que todo cristiano debería saber Romanos de memoria, enfatizando su profundidad y riqueza. Después de sumergirme en sus enseñanzas, entiendo el eco de los sentimientos de Lutero.

La estructura de Romanos está maravillosamente equilibrada. Los capítulos 1 al 11 nos brindan una doctrina fundamental, mientras que los capítulos 12 al 16 ofrecen una aplicación práctica. Romanos es un testimonio de la idea de que la doctrina no es solo teórica, sino que está destinada a ser vivida y aplicada en nuestra vida diaria. La doctrina y la aplicación van de la mano y nos guían en nuestro camino de fe.

El capítulo 16 de Romanos marca el final de este extraordinario libro. Este es un pasaje dedicado a aquellos que ayudaron a Pablo en la misión de Dios aquí en la Tierra. Es un pasaje que nos ayuda a pensar en el legado que dejamos atrás.

Las historias, la fe y la dedicación de los hombres y mujeres mencionados en Romanos 16 son fuentes de inspiración. Solo obtenemos algunos detalles de sus vidas y contribución al reino en esta lectura. Aún así, sabemos que cada uno desempeñó su papel, pues gracias a eso podemos leer este libro hoy. Al final de Romanos 16, Pablo nos presenta a algunos de sus compañeros en Corinto, donde escribió esta carta destinada a Roma. Aunque menos conocidos, estos individuos desempeñaron papeles fundamentales en la comunidad cristiana naciente.

Desde el versículo 17, se nos presenta una hoja de ruta sobre cómo ser recordados para siempre. Pablo comienza con una nota de advertencia, una advertencia a la que debemos prestar atención. Pero él no nos deja ahí, sino que acompaña esta advertencia con dos mensajes de aliento, elevando nuestro espíritu.

En este devocional introductorio, te desafío: Mientras reflexionas sobre las enseñanzas de Romanos y el legado que deseas dejar, ¿cómo asegurarás el ser recordado para siempre? A medida que avanzamos juntos a través de los siguientes devocionales, espero nos sintamos inspirados para vivir las verdades de Romanos en nuestra vida diaria.