Esperanza Tras Un AbortoMuestra

Cómo te ve Dios

Cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo creemos que nos ven los demás suele ser el motor de nuestras emociones, comportamientos y decisiones. Tenemos una profunda necesidad de ser amados y aceptados por los demás, por nosotros mismos y por Dios. Sin embargo, a menudo nos infravaloramos o tenemos una visión distorsionada de cómo nos ven y nos valoran los demás. Si nuestras creencias sobre nosotros mismos están sesgadas, entonces nuestros comportamientos, emociones, pensamientos y decisiones también pueden estarlo. Si fuéramos honestos sobre las circunstancias que nos llevaron a un embarazo inesperado o a un aborto, podríamos descubrir que nuestras acciones y decisiones estaban motivadas por una visión distorsionada de nosotros mismos o de Dios.

Para cambiar nuestras creencias subyacentes sobre nuestra propia autoestima, es útil no sólo autoevaluarnos y pedir a amigos de confianza que aporten su visión, sino también averiguar cómo nos ve Dios. Puesto que Dios es quien nos creó y quien nos ofrece amor y perdón cuando somos culpables, saber lo que Dios piensa de nosotros es crucial. Es mucho más importante cómo nos ve Dios que cómo nos ven los demás. Dios ve todo lo que hacemos y sabe lo que hay en nuestros corazones; ha sido testigo de toda nuestra vida y nos conoce mejor que nosotros mismos.

La Biblia nos dice exactamente cómo nos ve Dios. En el Salmo 139:13-14 y en Efesios 2:10, aprendemos que Dios nos ve a cada uno de nosotros como individuos únicos que Él ha creado y ama personalmente.

Tú eres Su obra maestra artística que Él soñó y en la que se deleita. Porque Dios te creó intencionadamente, tu vida también tiene un significado y un propósito dado por Dios.

En la primera parte del Salmo 139, el salmista describe lo bien que Dios le conoce: nada está oculto a la vista de Dios y Dios ya conocía todos los días de su vida. Incluso cuando el salmista intenta esconderse de Dios, no puede. Esto significa que Dios ve nuestras partes hermosas y nuestras partes rotas, las cosas de las que podemos estar orgullosos y las cosas que queremos ocultar. Y, sin embargo, Dios nos responde con amor y perdón. Como dijimos ayer, Dios nos invita a volver a una relación con Él, como un padre que acoge a su hijo.

Puedes encontrar seguridad en cómo te ve Dios. Aunque luches por ver valor en ti mismo, a los ojos de Dios eres inconmensurablemente valioso y profundamente amado.