Esperanza Tras Un AbortoMuestra

Emociones: Duelo

Ayer, nuestra lectura del Eclesiastés 3 nos llevó a hacer balance de nuestras emociones en su conjunto y a presentárselas al Señor. Hoy nos centraremos específicamente en la emoción del dolor.

El Salmo 6 está lleno del lenguaje del dolor: confusión, agotamiento, angustia, cansancio, llanto, ira, penitencia, soledad y un grito para que termine esta temporada de luto. El salmista llega incluso a describir su lecho como empapado y empapado de lágrimas. El salmista no se avergüenza de su dolor, sino que reconoce que el dolor es la forma natural y sana de procesar sus pérdidas pasadas y presentes ante el Señor. El dolor se convierte en su lenguaje de oración cuando el salmista clama a Dios, pidiendo ser escuchado.

Un paso importante en la sanación de un aborto es el duelo. El duelo puede ser diferente en cada momento, a medida que experimentamos ciclos de dolor o emociones variadas. Incluso años después de una pérdida, especialmente en momentos clave de nuestra vida como las fechas de aniversario, el embarazo o la pérdida de otra persona, o el nacimiento de un futuro hijo, podemos seguir experimentando un fuerte sentimiento de dolor.

Y, sin embargo, como indica el Salmo 6, aunque el dolor puede durar mucho tiempo, podemos afligirnos ante el Señor y saber que Él escuchará nuestros gritos y, finalmente, nos permitirá experimentar una tristeza menos debilitante e incluso la paz. Esta promesa de que el Señor nos escuchará debería animarnos a no ocultar nuestro dolor, sino a reconocerlo.

¿Cómo podemos llevar nuestro dolor al Señor en la oración? El Salmo 6 nos anima a ser específicos con nuestras pérdidas, describiendo nuestro dolor a Dios y pidiéndole misericordia y resolución. Nosotros podemos hacer lo mismo. Podemos identificar las pérdidas significativas en nuestra vida relacionadas con nuestro embarazo inesperado o aborto. Estas pérdidas pueden incluir personas o relaciones, emociones, una conexión espiritual con Dios o con tu comunidad de fe, un sentido de uno mismo, sueños para el futuro, etcétera.

Las pérdidas que experimentamos como consecuencia de un aborto son muy reales, incluso cuando el aborto fue nuestra propia elección. Entrar en nuestro dolor individual y reconocer nuestras pérdidas puede ser doloroso, pero también puede producir una sensación de alivio, incluso de curación.

Hoy, deja que las palabras del salmista se conviertan en tu manera de orar al Señor por estas pérdidas concretas y este dolor. Que digas: "El Señor ha escuchado mi llanto, mi grito de misericordia, y acepta mi oración".