Esperanza Tras Un AbortoMuestra

Emociones: Ira

Mientras orabas ayer por tus pérdidas, es posible que te hayas enfadado por las cosas que se han perdido. Es natural sentir rabia hacia nosotros mismos por nuestras decisiones, rabia hacia otras personas implicadas en nuestro embarazo y aborto, o rabia hacia Dios porque no intervino. Aunque la pérdida y la muerte forman parte habitual de la experiencia humana, en el fondo sabemos que el mundo no debe ser así, por lo que sentimos rabia por nuestra propia ruptura, por la de los demás y por la del mundo.

A menudo, cuando sentimos que la ira aflora en nosotros, puede parecer que todo en nuestra vida es sombrío y oscuro. Y cuando se desencadena nuestra ira, ya sea por los bebés, ciertas películas o canciones, el sexo, etc, a menudo podemos sentir como si una nube de tormenta hubiera bloqueado repentinamente el sol, sofocando nuestra paz y felicidad.

En el Salmo 23, el salmista se describe a sí mismo como caminando por un valle de profundas tinieblas; la imagen antes idílica y pacífica se ha vuelto ahora oscura y aterradora. Hay enemigos y muerte y tristeza, y probablemente bastante ira y confusión por parte del salmista.

Entonces, ¿dónde puede encontrar consuelo en medio de su ira y su dolor? En la presencia del Señor. El Señor no lo ha dejado solo mientras camina por la oscuridad.

Dios no sólo promete su presencia, sino también su protección y guía. La vara, utilizada por un pastor para proteger a las ovejas de los depredadores y comprobar si están heridas, es la promesa de Dios de protegernos de los ataques espirituales y cuidar de nuestras heridas cuando procesamos los traumas de la vida. El cayado, utilizado por un pastor para rescatar a una oveja descarriada que ha resbalado o se ha quedado atrapada, es un símbolo de la forma en que el Señor promete desengancharnos de la amargura, el odio o la vergüenza que tan fácilmente pueden atraparnos cuando estamos enfadados. La Palabra de Dios y su Espíritu sirven para guiarnos a través de nuestra ira y hacia el arrepentimiento y el perdón.

En este mundo tendremos problemas; la Biblia es clara al respecto. Pero cuando nos encontremos enojados y vencidos por la oscuridad, el Señor caminará con nosotros. Jesús nos promete Su presencia, y promete guiarnos finalmente a través de esta oscuridad y hacia una vida de abundancia y alegría.