Dios, yo y nosotros Parte 2Muestra
Adornado con lino fino
La transformación espiritual descrita en Zacarías 3:3-4, donde Josué se presenta ante el ángel vestido con ropas sucias, es una poderosa metáfora de nuestra propia condición. Un pasajero de avión necesita una máscara de oxígeno cuando la cabina se despresuriza. De la misma manera, nuestra necesidad de renovación espiritual es evidente y urgente. Nuestras almas, estropeadas por el pecado, necesitan ser transformadas.
En este pasaje encontramos esperanza. El Ángel del Señor ordena que le quiten la ropa sucia a Josué, un acto simbólico que va más allá del mero cambio físico. Representa el despojo del pecado y la dotación de una identidad nueva y purificada. «¿Ya ves? He quitado tus pecados y ahora te voy a dar esta ropa nueva y fina» (Zacarías 3:4 NTV). Este es el núcleo del Evangelio: una transición de nuestros propios esfuerzos sucios e inadecuados a la justicia que Cristo nos ha otorgado.
Nuestros esfuerzos por abordar nuestras deficiencias espirituales a menudo son inútiles. Podríamos entender que hay un problema, como reconocer una luz de «revisar el motor» en nuestro auto, pero la solución está fuera de nuestro alcance. Necesitamos experiencia más allá de la nuestra, un mecánico divino, por así decirlo. Entonces es cuando Jesús interviene y no ofrece una solución temporal, sino una definitiva.
Cristo nos invita a deshacernos de nuestras viejas e ineficaces costumbres y abrazar una nueva forma de vida, una que dependa totalmente de su obra redentora. Podemos revestirnos de su justicia. Este acto de vestirse con ropas nuevas resuena en todo el Nuevo Testamento. En Juan 11:44, Lázaro emerge de la tumba, todavía envuelto en sudarios. Jesús ordena que sean eliminados, lo que simboliza la liberación de las garras de la muerte y el pecado. El acto es una manifestación física de nuestra realidad espiritual. Estamos atados por nuestra vieja naturaleza hasta que recibimos la libertad que nos otorgó Cristo.
En Apocalipsis 19:8, las imágenes de la ropa se utilizan nuevamente para representar a los santos. El lino fino representa la justicia de nuestra vida renovada en Cristo, la justicia que viene por la fe en Jesús.
Nuestro camino espiritual está marcado por el momento en que cambiamos nuestros harapos de inmundicia por las vestiduras festivas de la justicia de Cristo. Es el momento en que nos valemos de la máscara de oxígeno de la salvación, proporcionada en nuestra necesidad más desesperada. Nuestra ropa nueva no es un encubrimiento, es un cambio completo de identidad. Abrázalo. Mírate a ti mismo no como te ve el mundo, sino como te ve Cristo. En él, nuestra obvia condición de pecado se enfrenta con una gracia abrumadora, que nos cambia de adentro hacia afuera y nos permite vivir esta nueva vida con confianza y esperanza.
Acerca de este Plan
¿Con qué frecuencia te sientes derrotado o avergonzado en tu caminar con Dios? Cuando nos damos cuenta de que Dios aclarará las cosas a pesar de cualquiera de las acusaciones del enemigo, tenemos esperanza a través de nuestras pruebas y el deseo de seguirlo obedientemente por su preciosa gracia.
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Nos gustaría agradecer a Gregg Matte por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://houstonsfirst.org/