Dios, yo y nosotros Parte 2Muestra
Dios aclara las cosas
Al seguir a Jesús, es importante comprender quién aclara las cosas en lo que respecta a nuestro pecado e identidad ante el Señor. No es tarea nuestra, sino de Dios. La historia de Josué, el sumo sacerdote, ilustra vívidamente esto. A pesar de estar en una posición de autoridad espiritual, Josué no se defiende de las acusaciones de Satanás. En cambio, es Dios quien interviene, afirmando su autoridad con una reprensión simple pero poderosa: «Yo, el Señor, rechazo tus acusaciones, Satanás».
Esta narrativa subraya una verdad fundamental: la autoridad de Dios es suprema. Cuando él declara libertad, belleza o amor, es una realidad irrefutable. Esto nos enseña una lección crítica sobre la autopercepción y la verdad. Las palabras de quienes nos rodean no determinan nuestro valor e identidad. Más bien, nuestro valor e identidad están determinados por lo que Dios dice sobre nosotros. Este es el «oxígeno vital» que sostiene nuestra vida espiritual: la verdad de la Palabra de Dios y sus declaraciones sobre nosotros.
Dios nos conoce íntimamente. Él conoce cada detalle de nuestro ser: nuestros dones, atributos físicos y defectos. Este conocimiento es el fundamento de su amorosa intervención. Al igual que Josué, podemos encontrarnos cubiertos de inmundicia, metafóricamente hablando, pero la respuesta de Dios no es condenación sino redención.
La canción «Believe for It», de CeCe Winans, resume esto maravillosamente: «Lo dijiste. Yo lo creo. Tú lo dijiste. Se hace». Es una declaración de fe en las promesas y acciones de Dios. Dios no necesita aprobación ni negociaciones. Su palabra es definitiva y absoluta. Esta comprensión brinda consuelo y seguridad, especialmente cuando nos sentimos abrumados por los desafíos de la vida o nuestras propias imperfecciones.
Estas verdades ponen de relieve la realidad de nuestra naturaleza caída y el poder transformador de Jesucristo. Somos como leña encendida arrebatada del fuego, inherentemente defectuosos y destinados a la destrucción, pero salvados por el amor sacrificial de Cristo. Esta salvación no es solo un rescate, es una transformación completa de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz.
Puede que seamos acusados o incomprendidos, pero Dios, en su soberanía, puede limpiar nuestro nombre y afirmar nuestra identidad. El papel de Dios al aclarar las cosas es un recordatorio de su omnipotencia y amor. Él conoce nuestras luchas, nuestros dolores y nuestros miedos más profundos. Él está con nosotros en cada prueba, listo para declarar su verdad sobre nuestras vidas. Abracemos esta seguridad divina, permitiendo que sea el aliento de vida que nos sostenga en cada circunstancia.
Acerca de este Plan
¿Con qué frecuencia te sientes derrotado o avergonzado en tu caminar con Dios? Cuando nos damos cuenta de que Dios aclarará las cosas a pesar de cualquiera de las acusaciones del enemigo, tenemos esperanza a través de nuestras pruebas y el deseo de seguirlo obedientemente por su preciosa gracia.
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Nos gustaría agradecer a Gregg Matte por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://houstonsfirst.org/