Manifestación Del Reino De DiosMuestra

«El reino consumado»

Puesto que el reino ha venido en la demostración de la gracia propiciatoria del rey, podemos difundir su llamado, «¡Volveos a mí y sed salvos, todos los confines de la tierra!», con una dichosa confianza que su Espíritu conduzca a toda clase de personas a arrepentirse y creer mediante ese mundo soberano. Y como el reino no ha llegado aún en la forma final de la ira justa del rey, debemos llevar ese llamado a las personas lejanas y cercanas con alegre urgencia, como corresponde a embajadores reales.

El cielo tiene que recibir al Señor Jesucristo hasta el tiempo de la culminación de todas las cosas. Jesucristo continuará sentado a la diestra de Dios esperando ese tiempo. Excepto Dios, nadie sabe cuándo ocurrirá. Es a partir del tiempo en el que el reino de Dios sea completado plenamente, que la humanidad vivirá en paz y experimentará gran abundancia y salud. El conocimiento de Dios llenará la Tierra. Cristo reinará sobre la Tierra en verdad y justicia. No habrá más una nación contra otra. La naturaleza responderá favorablemente a la presencia del Mesías y los animales vivirán en armonía entre ellos y con los seres humanos en el reino de Dios.

El reino fue demostrado al mundo por medio del maravilloso trabajo de Jesucristo. Los ciegos podían ver, los cojos caminar, los sordos oír, los mudos hablar, los leprosos sanados y el Evangelio proclamado a los pobres. El total de la actividad milagrosa de Jesús es prueba del reino venidero. Este es un primer aspecto, el aspecto presente.

El aspecto futuro, fue manifestado aquí sobre la Tierra solamente de manera provisional. En la actualidad el reino está escondido, los milagros son solamente una muestra de otro orden de realidades diferentes a las presentes. El tiempo aún no ha llegado, en el que Satanás y sus huestes hayan sido echados en el lago de fuego. Vendrá el tiempo en que el Mesías entregue el reino a Dios Padre, y luego juntos, Padre e Hijo, reinen aquí con sus santos sobre la Tierra por siempre. 

Muchas de las parábolas presentan el reino de manera provisional, en una manera oculta. De ahí que el reino es como la semilla de mostaza, es pequeña, insignificante pero cuando crece se vuelve un gran árbol. El reino de Dios puede ser pasado por alto en el corazón y vida de las personas. Está aquí y entre nosotros, pero de manera provisional y sigue creciendo. Cuando llegue a su tamaño total no será pasado por alto.