Manifestación Del Reino De DiosMuestra

«Cuando Jesucristo comenzó a anunciar el reino de Dios»

Sabía que entraba en un conflicto directo con todas las estructuras de poder sociopolítico y religioso que existían alrededor, y también con el mundo espiritual de maldad que las controlaba. La manifestación del reino de Dios presentada por Jesús, chocaba fuertemente con todas las expectativas judías acerca del reino mesiánico que esperaban. En primer lugar, su anuncio del reino iba dirigido hacia la clase social más necesitada, aquellos despreciados por la nación de Israel por diversas causas, era a quienes Jesús traía un nuevo sentido a sus vidas. 

El pobre recibía esperanza, el enfermo sanidad y el pecador perdón a través del contacto directo y también por intermedio de sus enseñanzas acerca del reino de Dios. Sin embargo, en cada ocasión donde esto ocurría, el conflicto con la jerarquía político religiosa visible, se incrementaba. 

De la misma forma, en lo que fue otra característica de su ministerio, las luchas de Jesús con fuerzas demoníacas arreciaban. A donde quiera que Él se movía, allí estaban estas fuerzas, presentando una confrontación directa. ¿Qué significa entonces éste anuncio del Evangelio del reino? ¿Cuál es la razón de sus implicaciones, en términos de confrontación, con las estructuras de poder visibles y con las fuerzas espirituales de maldad? El enemigo reconocía la presencia del Hijo de Dios y midió fuerzas con Él, creyendo que podría derrotarlo, cuando él sería derrotado por el Rey en la cruz.

Una confrontación entre el bien y el mal, que se remonta al mismo inicio de la creación, justamente entre el cosmos del primer versículo del Génesis y el caos que le sucede, viene ahora a ser concretada en la persona de Jesucristo como proclamador e instaurador del reino de Dios, y el «príncipe de este mundo» y sus ejércitos, quienes poseen aparente dominio de la creación.

Así lo declaró el Cristo encarnado, cuando dijo: «…ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros», Jesús demostró a la gente la realidad del reino en su medio. «Arrepentíos, porque el Reino de Dios está aquí con vosotros ahora»; Por eso llamó a la gente a arrepentirse, a volver al gobierno amoroso de su Padre celestial. Siempre que la gente recibía ese gobierno al creer su palabra, el Espíritu Santo confirmaba el Evangelio del reino con señales, maravillas y milagros. El Espíritu Santo mostró que la presencia del Rey era real.