La Voluntad De Dios Se Trata De DiosMuestra

La adoración es la esencia de la voluntad de Dios

Dios llamó a Moisés. Su misión de liberar a toda la nación hebrea del cautiverio egipcio parecía imposible, pero una tarea imposible es simplemente el tipo de cosa en la que Dios se especializa. Incluso cuando la tarea es grande Dios no necesariamente recluta un ejército. Con frecuencia comienza con un solo hombre o mujer. La gente con pasión a lo largo de la historia fue usada por Dios para cambiar sus circunstancias y cambiar corazones. Un hombre o una mujer, más Dios, no equivalen a dos. Un hombre y una mujer, más Dios, equivalen a un poder exponencial infinito.

El camino de la voluntad de Dios no siempre es fácil, Moisés encontró resistencia y problemas en casi cada frente después de que aceptó la misión de Dios. Pero esto era solamente el producto secundario de la voluntad de Dios, no su esencia. Cuando tratamos de seguir la voluntad de Dios y se nos presenta resistencia, ¡comenzamos a preocuparnos de haberlo escuchado mal! La verdad es que lo difícil también forma parte de su plan.

Las aguas tranquilas no son la verificación de la voluntad de Dios. Moisés no sacó al pueblo de Egipto para su propio placer y disfrute, sino por su impacto eterno y para la gloria de Dios. Nuestro objetivo es el mismo. Fuimos hechos para adorar, y la adoración es la esencia de la voluntad de Dios. William Temple, el reconocido arzobispo de Canterbury, definió la adoración como «la sumisión de toda nuestra naturaleza a Dios. Es el despertar de la conciencia por su santidad, el alimento de la mente con su verdad, la purificación de la imaginación con su belleza, la apertura del corazón a su amor, la rendición de nuestra voluntad a su propósito».

La voluntad de Dios nos mueve hacia la adoración, porque su voluntad se trata de Él, no de nosotros. La adoración es nuestro camino y nuestro fin, nuestra compañera y nuestro destino. No confundas los productos secundarios de la voluntad de Dios —especialmente los negativos— con el fin y la esencia de su voluntad, que es la adoración. El plan de Dios para nosotros no es una tranquilidad a corto plazo, sino un impacto a largo plazo. Somos herramientas en sus manos para que la gloria pueda ser suya y solo suya. El «quién» viene antes del «qué».

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