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A los invisibles y olvidados

DÍA 4 DE 6

La viuda de Sarepta

En 1 Reyes 17:8-24 nos topamos con una de las personas más invisibles en esa sociedad, la viuda de Sarepta. Una mujer sola con su hijo en medio de una sequía y hambruna severa. Estaba a punto de cocinar su última cena cuando apareció Elías.

”Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías" ‭‭(1 Reyes‬ ‭17‬:‭10‬-‭16‬).

En esos tiempos, y actualmente en muchos lugares alrededor del mundo, las viudas eran desatendidas. En algunas culturas, las consideran culpables de la muerte de sus esposos. Era casi imposible obtener ingresos sin que alguien la sostuviera. Ya ella había perdido la fe de sobrevivir a la hambruna y se preparaba para cocinar y comer su última cena. Cabe destacar que, al igual que Ebed-Melec, ella tampoco era israelita. Qué impresionante la forma en que Dios llegó a su vida: cuando ya no le quedaba nada.

Sin embargo, aunque a nadie más le importaba, Dios la había visto y escogido a ella, que no tenía quien la sostuviera, para ser quien sostendría al profeta. Creyó las palabras e instrucciones del profeta, y Dios a su vez proveyó para ella.

Es posible que te sientas igual que la viuda. Llevas años dando y dando, y no tienes alguien que te sostenga a ti. Ya caminas por la vida con lo último que te queda. La esperanza casi ha desaparecido, vas un día a la vez, pero cada día podría ser el último.

Como madre soltera, me identifico mucho con la historia de esta mujer. Muchas veces he sentido que llegué a lo último de mi sustento. Me siento agotada, desperdiciada y olvidada, incluso por amistades cercanas que desaparecieron de mi vida en mi peor momento. Sola ante una hambruna que consumió mi esperanza. Entonces, ¿qué lección aprendemos de la viuda? Bendice a los que Dios ponga en tu camino.

A veces, cuando más inservibles nos sentimos, Dios trae a otras personas o invisibles a nuestras vidas. A lo mejor son personas que nadie recuerda, ni preocupa por su sustento. Esas son personas que Él pone en nuestro paso para que bendigamos y alentemos aun cuando a nosotros mismos nos falten las fuerzas y sintamos que nuestras tinajas están vacías.

El anonimato y la escasez pueden hacernos creer que ya no tenemos nada que ofrecer. Sin embargo, cuando damos de lo poquito que nos queda para sostener a otros, Dios se encarga de que nuestra harina no escasee. Él llena nuestras “tinajas” cada día, por más vacías que parezcan estar. La viuda nos enseña a mirar más allá de nuestra necesidad para creer que la palabra de Dios sobre nosotros no fallará. Presta atención a las personas que Dios trae a tu vida y cómo puedes bendecirlas. Nuestras matemáticas dicen que si doy lo poco que tengo, lo perderé y me quedaré en cero. Pero en las matemáticas de Dios, mientras más damos más recibimos.

Pídele a Dios que te muestre la necesidad de aquellos que nos rodean. No te enfoques en lo que no tienes, enfócate en creerle a Dios cuando te pida que des un poco más para alguien que trae a tu vida. No eres invisible para Dios, por el contrario, eres instrumento útil en sus manos. A lo mejor hay alguien luchando con soledad que puedes invitar a cenar a tu casa. Podrías llevarle flores a una anciana y pedirle que te cuente sobre su vida.

Puedes llevarle comida a algún enfermo, o visitar un hospital para hablar con pacientes que no tienen familia. Tal vez podrías cuidar los niños de una madre cansada para que pueda tomar un descanso. Hay tantas oportunidades a nuestro alrededor, sólo pídele a Dios que te muestre dónde puedes ser de bendición. Te sorprenderá ver que cuando das lo poco, tu “harina” se multiplica. Tus fuerzas se renuevan. Tu ánimo se recobra. Tus tinajas vacías se llenan milagrosamente por su Espíritu Santo. Tienes mucho para ofrecer, no eres invisible ni olvidado. De hecho, Dios te ha elegido, ha dicho que eres sal y luz del mundo y Él te mostrará cómo serlo. Bendice a los que Dios ponga en tu camino.

Oración

Padre, muchas veces he pensado que no tengo nada que ofrecer. Que mis talentos y habilidades no hacen falta o no son suficientes. Perdóname por no valorar lo que me has dado y por dudar que pueda ser útil en tus manos. Te pido que abras mis ojos espirituales para ver a las personas que pones en mi camino para que yo les bendiga. Ayúdame a estar apercibido de las necesidades de los demás y a poder compartir con ellos aun lo poco que me parezca tener en mis manos. Espíritu Santo, dame discernimiento para ver dónde quieres usarme y dónde puedo ser luz para los demás. Estoy dispuesto, quiero creer y obedecer tus Palabras. En el nombre de Jesús, amén.

Día 3Día 5

Acerca de este Plan

A los invisibles y olvidados

A pesar de tanta conectividad y medios sociales, estudios revelan que el aislamiento y la soledad se han convertido en una epidemia. Incluso, podemos llegar a pensar que para Dios también somos invisibles. Este devocional se centra en cuatro “invisibles” que fueron visibles para Dios y los consejos que podemos aprender de ellos cuando nos sentimos invisibles y olvidados.

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Nos gustaría agradecer a Apertura812 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://karenlie.wixsite.com/apertura