¿Y, qué tal tu convicción?Muestra

¿Y, qué tal mi convicción? Una pregunta muy interesante que cada cristiano debemos hacernos constantemente.

Cuando hablamos de CONVICCIÓN recordamos al Apóstol Pablo cuando da su PRIMER SERMÓN entrando en la sinagoga y los principales le piden que diera una palabra de exhortación para el pueblo. Es impresionante como él los lleva a que recordaran lo que DIOS había hecho con sus padres, como los había liberado de la esclavitud, como los llevó por el desierto y les dio una herencia, como derrotó a sus enemigos y después les dio profetas y reyes para que los guiaran entre los cuales levantó a David (varón conforme al corazón de Dios) y de esa descendencia levantó a nuestro Salvador “JESUCRISTO”.

De esa manera siguió hablando Pablo, demostrando que somos hijos de Abraham, porque sin haber visto a JESÚS, creemos en Él por FE; también creemos que Él murió y resucitó al tercer día y que ahora está sentado a la diestra del Padre intercediendo por nosotros.

Es tal la CONVICCIÓN de Pablo en este mensaje de SALVACIÓN que incluso le pidieron que se quedara con ellos.

A nosotros nos enseña esto, que tenemos la misma posición de Pablo, puesto que él no conoció físicamente a JESÚS como los discípulos. Debió tener un encuentro personal con JESÚS para llegar a tener esta seguridad y convicción para poder transmitir este mensaje y cumplir con la comisión que nos dejó JESÚS de llevar en EVANGELIO A TODA CREATURA a todos los términos de la tierra.