La Raíz de la AmarguraMuestra

La Raíz de la Amargura

por Rocky Fleming

El escape

"No apaguéis el Espíritu" (1ra de Tesalonicenses 5:19 NVI).

Creo que cuando las cosas están bien con Dios y con los hombres, hay un ritmo sagrado en la vida. Hay una conexión saludable verticalmente con Dios a través de Su Espíritu y hay conexiones saludables horizontalmente con las personas en nuestra vida, trayendo así equilibrio a nuestra vida. Suena como la forma de la cruz, ¿no es así, siendo tanto vertical como horizontal, con Cristo en el centro? Por lo tanto, tiene sentido que todos los creyentes al pie de la cruz sean iguales con necesidad y esperanza. El campo de juego está totalmente nivelado con la verdad de que, sin Cristo, todos estamos perdidos sin esperanza.

Todos nosotros, como ovejas, nos hemos descarriado, cada uno de nosotros se ha vuelto a su propio camino; Pero el Señor ha hecho que la iniquidad de todos nosotros caiga sobre Él (Isaías 53:6).

Todos tenemos eso en común. Todos estamos destituidos de la gloria de Dios, por lo que Él envió a Su Hijo para que nos uniéramos a Su familia. Todos los cristianos tenemos en común nuestra perdición y nuestra salvación. No hay diferencia, y no hay personas mejores o peores que se salven de nuestra condición perdida. Todos comenzamos perdidos, sin importar dónde caiga nuestra bondad personal. Tenemos eso en común entre nosotros. Sé que suena extraño, pero con la salvación, a pesar de que hay personas que conoces que son mucho peores que tú, ambos entran en su relación como perdidos y alejados de Dios. Esta persona y tú tenían que entrar en nuestra relación con Dios a través de Su gracia y no de Su justicia. Si fuera Su justicia, no importa lo bueno que seas, estarías excluido de Su reino, al igual que el delincuente en serie que piensas que es peor que tú. Necesitas la gracia de Dios y no Su justicia. Eres salvo por la gracia de Dios y no por la Ley. Esa es la esencia del Evangelio.

¿Por qué es importante que concretemos esto si se trata de nuestro escape de la amargura? Revelará una gran falta de aplicación de la verdad con la forma en que entiendes cómo eres amado por Cristo, y cómo, con Su amor, debes amar a otra persona. Si la amargura ha de abandonarte, debes escapar de tu ilusión de tu naturaleza buena y de la naturaleza malvada de tu ofensor, porque no estás viendo algo esencial que te ayude a escapar de ella.

He aquí por qué: Tu amargura está arraigada en tu orgullo. Tu orgullo ha sido herido. Por lo tanto, albergas amargura porque crees que mereces algo mejor. Esta condición tiene sus raíces en la autocompasión y la autocompasión es una señal de que Satanás tiene tu oído. Esta autocompasión hace que quieras que se haga justicia a tu adversario y quieres que sea caliente y pesado porque estás enojado y herido. Cuando estamos amargados, pensamos que hay que hacer justicia porque hemos sido tratados injustamente. Así que vamos con eso. ¿Realmente queremos que se haga justicia para que se erradique la amargura? ¿Realmente? ¿Estamos también listos para que se nos haga justicia por nuestros pecados contra el Santo Dios en lugar de Su gracia? ¿Estamos dispuestos a aplicarnos a nosotros mismos las mismas reglas que aplicamos a los demás sobre la justicia o la gracia? Un poco pica ahora, ¿no? Bien, porque si te pica, estás empezando a identificar la verdad de lo lejos que te has alejado del Evangelio a causa de tu raíz de amargura.

Para escapar de la raíz de la amargura que te tiene agarrado por el cuello, necesitas comenzar con una evaluación y aplicación del Evangelio a tu vida, y luego obedecer a Cristo con el perdón, aunque sea inmerecido. Cuando ves lo lejos que te has desviado del Evangelio y al vivirlo hacia esta persona o circunstancia que te ha amargado, puedes encontrar motivación para expulsarlo de tu vida. Cuando lo hagas, este equilibrio con Dios y con el hombre volverá a tu vida y la raíz y el fruto de la amargura será historia. Hazlo historia, amigo mío. Es hora de que se vaya y de que tú escapes de sus tentáculos del mal.