La Raíz de la AmarguraMuestra

La Raíz de la Amargura

por Rocky Fleming

La recuperación

Cuando la batalla contra la raíz de la amargura se libra seriamente en nuestra vida, habrá un gozo y una libertad en nuestra vida que finalmente se encontrará. Seremos liberados de una carga que nos aprisiona y nos roba tantas cosas que Dios quiere darnos. Una raíz de amargura destruye nuestra salud espiritual y los estudios muestran que también destruye nuestra salud mental y física, sin mencionar las relaciones interpersonales. Debido a este nuevo gozo y libertad, será muy fácil centrarnos en esos nuevos beneficios para nuestra propia vida. Pero aún queda trabajo por hacer.

Ahora debemos convertirnos en una voz de arrepentimiento, humildad y sanación para aquellas personas en quienes nuestro veneno ha influido por el fruto de nuestra amargura. De lo contrario, el fruto de la amargura en su vida, que fue externalizado de nuestra amargura, seguirá reproduciéndose, aunque ya no estemos en la ecuación. Es revelador en la escritura a continuación que Jesús pone la responsabilidad en Su discípulo de ser proactivo en nuestro esfuerzo por corregir los errores y convertirnos en parte de la sanidad de alguien si hemos ofendido a esa persona. No debemos esperar, sino ir y hacerlo a toda prisa. Lee tú mismo:

"Así que si estás ofreciendo tu ofrenda en el altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar y vete. Reconcíliate primero con tu hermano, y luego ven y ofrece tu ofrenda" (Mateo 5:23-24 NBLA).

Jesús es grande en las relaciones sanas comenzando con Él, y nosotros entre nosotros. Él nos obliga a acercarnos cada vez más en nuestra relación con Él, y nos muestra cómo una raíz de amargura interrumpe nuestra comunión con Él y obstaculiza ese viaje. Por nuestro propio bien y por el bien de nuestra relación con Él, la amargura debe ser expulsada de nuestra vida. Entonces llegamos a comprender lo destructivo que fue al experimentar los beneficios de su desaparición. Pero Jesús también es muy importante en nuestras relaciones saludables con otras personas. Podemos haber encontrado la libertad para nosotros mismos, pero hay víctimas de nuestra amargura que no la han encontrado. Es por eso que Él nos da la misión de limpiar nuestro desorden, porque es parte de nuestra propia recuperación. Si no aceptamos humildemente esta responsabilidad, continuaremos experimentando limitaciones a nuestra propia recuperación, y nuestro fruto de amargura en esa persona continuará.

He descubierto que la humildad y el arrepentimiento también dan libertad. Creo que muchos hombres vinculan su masculinidad a ser fuertes y duros. La humildad y el arrepentimiento no suenan como ser fuerte y duro. Nos quedamos atrapados en este malentendido. Solía pensar esto hasta que realmente llegué a conocer a Jesús. Llegué a entender por Su vida y por lo que enfrentó mientras estuvo en este mundo que tenía toda la baraja en su contra, y que no podría haber enfrentado toda la adversidad que se le presentó sin ser fuerte y duro. De hecho, Él es el Hombre más fuerte y duro que he conocido, y sin embargo también es la persona más humilde y amable que conozco.

Él me muestra que la verdadera hombría bíblica es estar bien con Él, ser obediente a Él sin importar el costo para mí, y vivir mi fe. Se necesita coraje y abnegación para hacer esto. Cuando Él me dice que haga algo, sé que es por mi propio bien y por un propósito más grande de lo que puedo ver o conocer. Sé que Él está para mi y conmigo, y esto me hace comprender que mi misión de ayudar a otra persona a encontrar la libertad que Él me ha dado es correcta para la otra persona y para mí mismo, porque en esto encuentro la libertad que necesito. ¿Abrazarás tu libertad y tenderás la mano para sanar una relación rota o herida?