El momento de la verdad

¿Ya mediste acerca de las personas que han influido de forma positiva o negativa en tu vida? ¿Ya pensaste en cuánto bueno o malo tienes de ellos en tu forma de ser?

Quiero contarte un ejemplo de mi vida, crecí en un hogar con muchas cosas positivas, sin embargo para efectos de este plan, me enfocaré solo en un aspecto negativo. En mi casa todos era impacientes, esperar es algo que no se conoce bajo ese techo. Así que cada vez que yo iba a jugar al fútbol con mis amigos y alguno llegaba tarde, me ardía el alma en ira. Pasó el tiempo y me casé (bendito Dios) y un día, antes de irnos para el supermercado, mi esposa se atrasó... y bueno, ¿saben qué?, nuevamente, el "yo" que era un resultado comenzó a hervir en ira. Ese día, en mi silencio (porque no hablé en todo el viaje de ida, ni de vuelta), medité mucho acerca de lo que me pasaba, y me di cuenta de que algo andaba mal. No había pasado nada malo, nada lo suficientemente importante como para que la ira se apoderara de mí y entré en razón acerca de cuán similar a mi casa del pasado me estaba comportando. Y ahí inició un gran proceso.... Comencé a verme de una forma más cruda en el espejo y me di cuenta que no solo era la impaciencia, sino que estaba acompañada de otra serie de características que no aportaban valor en mi vida.

El despertar del "yo" consciente

¿Cómo reaccionas ? ¿Cómo hablas? ¿Cómo juzgas? ¿Cómo amas, o más importante, puedes amar? Todo esto, ¿de dónde proviene? Lo primero es darte cuenta de que tu vida es un resultado de muchas cosas. Lo primero es despertar y darse cuenta de que no es válido simplemente decir "Es que yo soy así" o "Es que así era mi padre o mi madre". Debes de entender que puedes ser más que un resultado. Puedes (y necesitas) convertirte en una DECISIÓN.

No te pierdas el siguiente día de este plan, donde podrás estudiar cómo lograr convertir tu vida en una decisión.