Cristo es nuestra Pascua Muestra

¡CONSUMADO ES!

Eran las tres de la tarde, la hora del sacrificio.

Los sacerdotes tomaban los cuchillos afilados y a los corderos sin mancha ni defectos previamente revisados y se les cortaba sus gargantas.

Al mismo tiempo, Él Cristo, Él Cordero de Dios inclinaba su cabeza gritando: “CONSUMADO ES”

La deuda fue pagada. Sacerdotes, pueden volver a sus casas. Criadores de corderos para sacrificios: gracias por sus servicios hasta ahora, pero ya no los necesitamos.

El Cordero de Dios ya lo hizo todo, completó la tarea.

Cuando venimos a la mesa del Señor a partir de esa Pascua, festejamos. No venimos a llorar a un cadáver, venimos a exaltar al Rey que venció a la muerte.

¿Cómo recordamos hoy esta fiesta?

Esta fiesta la recordaremos con alegría.

Ya que cuando entregó su espíritu, el velo del templo se rompió, dándonos acceso directo al Padre. Nuestra comunión se restauró. La tierra tembló, las rocas se partieron, se abrieron los sepulcros, y muchos santos que habían muerto, resucitaron, salieron de los sepulcros y después de la resurrección de Jesús entraron a la ciudad santa y aparecieron a muchos; e incluso los incrédulos que estaban alrededor de la cruz creyeron. Y a lo largo de la historia nadie, jamás pudo detener la obra que Dios comenzó.

¿Cómo no festejar?

Para pensar: ¿Estás lista/o para invitar a otros a disfrutar del festejo de Pascua?

Oración: Señor, gracias por haberme entregado una alegría de carácter eterno. Te pido que me ayudes a generar oportunidades para compartirla con otros.

En Nombre de Jesús. Amén.

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