Una pausa en tu vida AntologíaMuestra

Intelectuales religiosos

Es verdad que Cristo Jesús dejo el cielo y vino a nuestra tierra para hablarnos acerca de Dios, del pecado, del infierno y del amor de Su Padre. Y lo hizo magistralmente. Nadie jamás reveló la identidad de Dios de una manera tan descriptiva como Él. Tanto así que dijo: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre, porque Yo y el Padre, somos uno”. Es en ese contexto que Juan se refirió a Jesús bajo el epíteto: “Verbo”, haciendo alusión a la palabra como expresión del pensamiento de Dios. El Señor vino a decirnos acerca de la eternidad y de Dios. Pero la información sin formación deforma. Por tal motivo Él invirtió Su tiempo y Su vida entera y escogió un grupo de jóvenes a quienes le habló palabras de vida eterna, les discipuló y formó sus vidas transmitiendo, no sólo Sus palabras, sino Su vida y Su ejemplo. Hoy en día, estamos rodeados de intelectuales religiosos. Personas que conciben a Dios como una idea. Lo experimentan en el plano meramente mental del pensamiento. Conocen de Dios, pero no conocen a Dios. Hablan de Dios pero jamás hablan con Dios. Creen en Él pero no le creen a Él. Leen Su Palabra pero jamás oyen Su voz. Si la información que estás buscando sobre Dios y Su amor te guían a conocerle, bien; pero si te interesas por las cosas espirituales solamente por curiosidad para poseer una opinión más acerca de otra doctrina, pierdes el tiempo. Dios no se hizo humano para que la gente opine de Él, sino para que le reciba en su corazón y le entregue su vida. Este tipo de conocimiento puramente intelectual te deforma, o lo que es peor, te conforma. Acallas tu conciencia diciéndote a ti mismo: “Yo creo en Dios”, cuando en realidad no le crees a Dios. Y esa simple diferencia marcará tu destino final. Sólo una experiencia real, una relación personal, única y renovadora con Él será la que te introducirá a la vida eterna, la vida de Dios.

La información sin formación deforma.