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Creciendo en santidad

Una Vida Santa: Una Llamada a la Diferencia

Al leer este texto, recordé las palabras de mi abuela paterna, quien suele decirme: "¡Mi santa!". Siempre lo interpreté como algo puro, sublime y sagrado, lo que me llevó a creer que ella me veía de esa manera. Al mismo tiempo, esto conlleva una gran responsabilidad de mantener ese estándar. Dios nos llama a vivir una vida santa.

En vez de imitar la mundanalidad en todos los aspectos de la vida, sus modas y estilos, deberíamos mantener un factor diferenciador, sin caer en la egolatría, imitando el carácter santo de Jesús en nuestra manera de vivir y actuar.

El pasaje bíblico de Pedro 1:14-15 destaca la relevancia de llevar una vida santa y obediente a Dios. El autor nos exhorta a abandonar nuestros antiguos caminos de ignorancia y pecado, y vivir en sintonía con la voluntad divina. Este llamado a la santidad no está reservado exclusivamente para aquellos con vocaciones religiosas, sino que es para todos los creyentes. La santidad es un estilo de vida que se refleja en todas las áreas de nuestra existencia, por lo que debemos esforzarnos por vivir en santidad en todo lo que hacemos. Al hacerlo, demostramos amor y respeto por Dios, y construimos una relación más sólida y significativa con Él.

Este pasaje nos recuerda que hacer lo correcto puede ser difícil, pero es importante porque nos acerca más al propósito para el cual tú y yo hemos sido creados. Si seguimos el camino correcto, podemos contar con la fuerza y compañía de Dios para superar cualquier obstáculo. Además, se nos insta a seguir el ejemplo de Jesús, quien tomó nuestros pecados sobre sí mismo. Al imitar su ejemplo, podemos llevar una vida de amor y compasión hacia los demás.

La santidad es un atributo divino que todos los cristianos deberíamos imitar. Para lograrlo, es fundamental mantener una estrecha relación con Dios, lo que podemos lograr a través de la oración, la lectura de la Biblia y la participación en una comunidad de fe. Debemos buscar la pureza del corazón, alejarnos del pecado y acercarnos a todo lo que nos acerque a Él. Si queremos ser santos ante Dios, es importante que reflejemos su amor y gracia hacia los demás.

Hoy reflexiona sobre cómo puedes alcanzar la santidad ante los ojos de Dios.