Creciendo en La FeMuestra

La esperanza viva

A pesar de haber asistido a la iglesia y estudiado la Biblia durante muchos años, nunca había profundizado en las epístolas del Apóstol Pedro. Este plan devocional te brindará un breve resumen de algunos de sus textos para que los estudies detenidamente mientras lo lees.

En la Biblia, podemos encontrar que Pedro se arrepintió amargamente después de traicionar a Cristo, cayendo en un abismo de desesperación. Aunque le había prometido a Cristo que nunca lo abandonaría, Él le predijo que lo negaría tres veces antes de que el gallo cantara. Cuando los soldados llegaron para capturar a Cristo, Pedro lo siguió desde lejos, pero luego lo negó tres veces, incluso maldiciéndolo. Al escuchar el canto del gallo después de la tercera negación, Pedro recordó las palabras de Cristo y lloró amargamente (Lucas 22:54-62).

En ese momento, Pedro y los discípulos tenían el Espíritu Santo de Dios con ellos, pero no dentro de ellos. Fue en el día de Pentecostés cuando recibieron el Espíritu de Dios y se convirtieron en verdaderos seguidores de Cristo. Cristo había dicho previamente a Pedro que, cuando se convirtiera, debería fortalecer a sus hermanos (versículo 32). Pedro cumplió fielmente estas instrucciones, convirtiéndose en uno de los hombres más efectivos para fortalecer a los demás.

El apóstol escribió sus epístolas mientras se acercaba su martirio, convirtiéndose así en un verdadero símbolo de esperanza. A pesar de que pocos (o quizás ninguno) de los discípulos de Cristo fueron tan esperanzados como él, su mensaje sigue siendo relevante hoy más que nunca en la historia de la humanidad. La traición de Pedro trajo consigo una gran vergüenza, lo que demuestra que, sin el Espíritu Santo de Dios, es imposible superar ciertas situaciones. Sin embargo, la historia de Pedro nos enseña una importante lección: no importa cuán desesperado nos sintamos, debemos esperar en Cristo y Él nos ayudará a salir adelante. La esperanza de Dios nunca muere y siempre está a nuestro alcance, aunque a veces debemos tener paciencia para encontrarla. A pesar de la profunda desesperación de Pedro, él encontró "una esperanza viviente" en Dios, y tú también puedes encontrarla si buscas en lo más profundo de tu corazón.

Hoy busca en oración la presencia del Espíritu Santo en tu vida a través de la oración ferviente.