¡Anímate a Discipular!Muestra

EL DISCIPULADO ES UNA DISCIPLINA ESPIRITUAL PORQUE TRABAJAMOS DÍA A DÍA EN LAS RELACIONES QUE NOS AYUDAN A CRECER EN LA FE Y LA PIEDAD.

Una disciplina es hacer algo día con día. Una disciplina espiritual es el hábito de estar con Dios para conocerlo y escucharlo, de manera que hagamos lo que Él nos manda. En este sentido, el discipulado es una disciplina espiritual que inicia con relaciones. Es una disciplina espiritual porque es el hábito de reunirnos unas con otras para aprender más del Señor, alentarnos a las buenas obras, orar por otras y apoyarnos en nuestras necesidades sean cuales sean.

Pablo expresó su gran preocupación por los hermanos de Galacia comparándola con el dolor de parto que una madre sufre al dar a luz a sus hijos. El propósito del dolor de la madre es que su hijo salga con vida; el propósito del dolor de Pablo es que Cristo sea formado en cada uno de los cristianos. Nuestra meta como hijas de Dios no es ser prósperas, famosas, enriquecidas, y sin problemas, es ser como Cristo. La continuidad que hay en las palabras de Pablo es la misma que debiera haber en nosotras: haznos como a Cristo cada día, Señor.

A través del discipulado estamos respondiendo y clamando por ello para juntas seguir a Cristo. Implica que cada una de nosotras somos un instrumento en las manos de Dios para que, por medio del poder del Espíritu Santo, transforme nuestro entendimiento para comprobar lo buena, agradable y perfecta que es Su voluntad. Podemos entretenernos en muchas prédicas, en decoración de Biblias, en podcasts, que son buenos, pero les hace falta el elemento clave: compañía, relación. Nadie nos pertenece, todos le pertenecemos al Salvador, pero en cierta manera, nos pertenecemos unos a otros en el nombre de la ley de Cristo: el amor.

Nos amamos cuando nos acompañamos insistentemente a amar y obedecer a Dios. Toda disciplina espiritual tiene el propósito de transformarnos, de hacernos pequeñas para que Cristo crezca, y de traer esperanza a los corazones agotados. Seamos intencionales porque el discipulado se realiza en el contexto de relaciones que no vienen naturalmente a ser genuinas y directas. Todo crece con el tiempo cuando uno se disciplina y persevera en ello. El discipulado no es la excepción cuando comprendemos que es parte de nuestro caminar.

• Aprende: ¿Por qué el discipulado es una disciplina espiritual?
• Vive: Medita haciéndote estas preguntas: ¿Amas a tus hermanas en tu iglesia local? ¿Te importa su bienestar? ¿Cómo se ve? Ve con el Señor y ora.
• Lidera: ¿Con qué mujer puedes iniciar?

Oración

Señor, gracias por proveernos de herramientas así como de hermanas para crecer en la fe y en la piedad. Gracias porque no nos creaste para vivir solas, sino en unidad. Ayúdanos a cuidarnos unas a otras y perseverar en ello. Ayúdanos a amarnos de manera que nos apuntemos unas a otras a Cristo. En Tu nombre, amén.